Koldo CAMPOS Escritor
Ofertas celestiales
En lo que constituye una verdadera ganga, Rouco Varela, cardenal arzobispo de Madrid, ha concedido durante la Jornada Mundial de la Juventud que se celebra en la capital española con la presencia de Ratzinger, alias Benedicto XVI, la facultad de remitir la excomunión por aborto a los fieles que acudan y se muestren verdaderamente arrepentidos de su pecado, para que alcancen «los frutos de la gracia divina que les abra las puertas de una vida nueva».
Como acto de contrición y dado que no puedo desplazarme a Madrid, ofrezco en penitencia por mi prolongada vida como pecador esta dulce canción de cuna en la esperanza de que alcance mi perdón:
Mi mamá me mima, mi papá me ama, y el niño Jesús me espera en la cama. Mi mamá me mima, mi papá me ama, me puse a jugar y ahora estoy preñada. Mi mamá no entiende, mi papá se calla, yo quise abortar, me echaron de casa. Mi mamá me mima, mi papá me ama, y el niño Jesús aún sigue en la cama.
Y por si acaso no alcanzara mi esfuerzo arrepentido el perdón que ansío, ofrezco también en penitencia este conmovedor soneto irregular de mi autoría. Amén
Por si acaso un espíritu piadoso amase mi sacrílego extravío hasta el punto de obviar mi desatino e implorar mi perdón ante el glorioso.
E insistiera, por necio o por devoto en redimir mi loco desvarío procurando la gracia a mis delitos por concitar contra la Iglesia el odio antes de que el Santísimo me absuelva y su indulgencia redima mis pecados en pleno uso de razón suscribo cagarme en el vicario de la Iglesia hasta llenar de mierda el Vaticano, de mierda por los siglos de los siglos.