El periodista Clive Goodman, responsable de las informaciones de la Casa Real en «News of the World» afirma, en una carta de hace cuatro años difundida ayer por el Comité de Medios de Comunicación de la Cámara de los Comunes, que los responsables del tabloide estaban al tanto en 2007 de la extendida práctica de las escuchas ilegales. Lo señalado en la misiva, la prueba mas importante de las conocidas hasta ahora, contradice los argumentos mantenidos, incluso ante los parlamentarios, por Andy Coulson, director entre 2003 y 2007 y luego jefe de prensa del primer ministro, David Cameron; por el magnate Rupert Murdoch y su hijo, James, presidente de News International, y la también ex directora Rebekah Brooks. Todos niegan haber conocido la existencia de las escuchas.

Coulson dimitió en 2007 como director y fue contratado como asesor de comunicación del líder conservador, David Cameron, quien se lo llevó como jefe de prensa al llegar al Gobierno, hasta que fue forzado a renunciar en enero debido a este escándalo. Las nuevas revelaciones llegaron en un momento difícil para Cameron, pocos días después de los graves disturbios en Londres y otras ciudades inglesas, y amenazan con colocar de nuevo al premier como blanco de las críticas por haber contratado a Coulson en 2007.

La comisión parlamentaria que investiga el escándalo hizo públicos ayer nuevos documentos, entre ellos la carta de Goodman, encarcelado cuatro meses en 2007 por este caso. En ella, escrita en marzo de ese año al salir en libertad, el periodista asegura que las escuchas eran conocidas y «abiertamente» mencionadas por los responsables de redacción hasta que Coulson les prohibió que siguieran hablando de ello. «Esta práctica era debatida ampliamente en las reuniones diarias de los editores, hasta que la dirección prohibió las referencias explícitas», indica.

En su carta, dirigida a Daniel Cloke, director de Personal de News Internacional, Goodman señala, además, que tanto el antiguo abogado del tabloide Tom Crone como la dirección le prometieron «en muchas ocasiones» que mantendría su empleo si no implicaba al periódico ante el juez e insiste en que muchos otros reporteros estaban al tanto de la situación. «No lo hice, así que espero que el periódico cumpla su promesa», agrega.

Las escuchas se realizaron, añade la carta, «con pleno conocimiento y apoyo» del consejo de redacción, que también fijó el pago para el detective Glen Mulcaire, responsable de llevarlas a cabo y también detenido.