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Una competición, nueve equipos, diez meses, tres objetivos

Sin amenaza de huelga de por medio, pese a tratarse de una de las categorías más castigadas por los malos hábitos económicos, este sábado se levanta el telón liguero en Segunda B. Con el ascenso de Amorebieta y River, serán nueve los equipos vascos en liza.

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Amaia U. LASAGABASTER

Será casi imposible encontrar una sola jornada sin derbis en el Grupo II de Segunda B, que el sábado echa a andar con nueve equipos vascos. Serán diez meses de trabajo y tres objetivos, si la competición no dice lo contrario: Alavés, Eibar y Real Unión arrancan pensando en un ascenso que todos coinciden en apreciar más caro que nunca; los recién ascendidos Amorebieta y Sestao River, como el Lemona, piensan en la permanencia, aunque no renuncien a nada; y los tres filiales en lo que les toca, formar jugadores.

1. El renacimiento

No le ha hecho falta morir -aunque ha faltado poco- para renacer. La llegada del grupo inversor encabezada por Josean Kerejeta y el Baskonia ha supuesto mucho más que un lavado de cara para el Alavés, que espera encontrarse en un punto de inflexión opuesto, y definitivo, al que le llevó de la final de la Copa de la UEFA a bordear la desaparición.

Directiva, cuerpo técnico, plantilla... Todo ha cambiado en el club albiazul. Apenas se mantiene media docena de jugadores de la temporada pasada, a la que se han unido nada menos que quince fichajes. No es una cuestión exclusiva de cantidad. Luis de la Fuente tendrá a sus órdenes a jugadores de experiencia contrastada, incluso en Primera. El fútbol no es matemático, pero el equipo gasteiztarra parte como principal candidato al ascenso.

2. Ambición comedida

Dos descensos y dos play-offs fallidos en el último lustro no han restado ilusión al que fuera un clásico en Segunda A, pero el Eibar comienza su tercera temporada consecutiva en la categoría con ambición comedida. Los recortes también se están dejando notar en el club azulgrana, que apenas ha fichado a cuatro jugadores y apura el plazo para recomponer una plantilla de garantías.

Su entrenador, de hecho, no quiere hablar todavía de metas claras. «El objetivo lo marcaremos el 1 de setiembre, cuando sepamos seguro quiénes vamos a estar», asegura Javier Mandiola, que disputará el primer encuentro de Liga con un once repleto de chavales. Y eso que en el caso de los armeros cabe hablar de un quinto fichaje. Y de lujo. Porque Mikel Arruabarrena regresa de su cesión en el Leganés tras haberse coronado la temporada pasada como máximo goleador de Segunda B.

3. Operación retorno

21 de junio de 2009. En un club centenario no faltan las fechas a recordar, pero ésa es la última anotada en rojo en el calendario del Real Unión. Han pasado dos años y, antes de que se apaguen los ecos, los blanquinegros quieren añadirle otra. Asumiendo que la Operación retorno no es fácil «porque el sistema de competición hace que el ascenso tenga algo de ruleta rusa», admiten desde el club. Pero también porque «la categoría se ve muy complicada este año, con muchos equipos de capitales de provincia con poderío, algún histórico que ha descendido como el Salamanca, otros que están echando la casa por la ventana con los fichajes...».

Aunque en ese sentido el Real Unión no se ha quedado atrás. Nueve fichajes -intentarán alcanzar la decena con un delantero en estos últimos días del plazo-, que también incluyen su particular Operación retorno con el regreso de Mendinueta, Beobide y Seguro, hombres con los que se consiguió el ascenso. Aunque el gran fichaje del verano es otro. Hace tres meses, Roberto Olabe ocupaba plaza de banquillo en la «Liga de las estrellas»; hoy asume el reto de reconducir al Real Unión al fútbol profesional.

4. La veteranía

Le costó cinco intentonas regresar, pero el Lemona se ha convertido ya en todo un veterano de Segunda B. Y aunque su octava temporada en la categoría comienza con una renovación casi completa, la experiencia sigue siendo una constante. Mantiene hombres importantes y entre los trece fichajes que ha realizado hasta ahora se cuentan también hombres curtidos en la Segunda B, a los que se añade alguna promesa como Borja Navarro, considerado una de las perlas de El Mareo, y algún nombre exótico como el del camerunés Devaloix Ngako. Al banquillo regresa un entrenador al que tampoco le resultan desconocidos, ni el equipo ni la Segunda B, Javier González Etxebarria.

Un equipo «distinto» al del año pasado, que «intentará tener más el balón» según sus responsables, y que parte con dos objetivos: alcanzar cuanto antes los 45 puntos y repetir y mejorar experiencia en la Copa Federación. «Fue una experiencia muy bonita, pero se nos quedó una espinita clavada», reconocen desde el club cementero.

5. Reescribir la historia

Hay cosas que cambian y cosas que no. Desapareció el Sestao Sport Club para que el River tomara su lugar. Apenas quince años de vida para un nuevo equipo que se empeña en reescribir la historia, aunque haya tenido que superar un par de pasos atrás. También éste es un año de cambios. Nuevo presidente, nuevo entrenador y nuevos jugadores para un club que espera aguantar en la categoría más que las dos veces anteriores.

Lo intentará con lo que no cambia, con las armas que caracterizaron al Sestao y que mantiene vivas el River. «La garra, el sacrificio, la pelea... También el ser un equipo trampolín», destacan desde la entidad . Y algo más. Porque se ha intentado completar la plantilla superviviente del ascenso con jugadores con experiencia y jóvenes de proyección, como los cedidos por el Athletic o, más novedoso, la Real. El objetivo de todos ellos «es claro, la permanencia. Será complicado porque hay equipos muy potentes, pero hemos intentado hacer un bloque bueno para que podamos pelear con ciertas garantías».

6. La ilusión del debutante

Por primera vez en su historia, el Amorebieta milita en Segunda B. Lo hace con la modestia obligada por la inexperiencia y las limitaciones presupuestarias, pero también con toda la ilusión del debutante. Y con la seguridad de que «vamos a saber pelear. No pensamos en quedar últimos, ni mucho menos», afirma su presidente Joseba Barrenetxea, aunque el objetivo pase por «conseguir cuanto antes la permanencia. Y cuando se consiga, intentar dar un paso más».

Lo hará con un equipo comandado por Axier Intxaurraga, que se trae a un par de jugadores de la Cultu, y que mantiene a una docena de jugadores de la plantilla anterior. Prácticamente el bloque titular que consiguió el ascenso. La experiencia en la categoría llega con los fichajes, encabezados por Ander Alaña, ex capitán de Eibar -con el que militó en Segunda A- y Alavés, equipo del que procede.

7. Un nuevo proyecto

En el club y, por extensión, en el equipo, la renovación parece caracterizar al Bilbao Athletic en su nuevo proyecto. La llegada de Josu Urrutia a Ibaigane ha acarreado, por un lado, la transformación de Lezama, donde se vuelve a dejar notar ya la mano de José Mari Amorrortu. Otro ex león, como José Ángel Ziganda, aparca momentáneamente su carrera como técnico de Primera, para intentar repetir en el filial rojiblanco lo que ya consiguió en la cantera de Osasuna. Con el navarro, en principio, también cambiará el juego de un equipo que se remodela con el ascenso de una nueva hornada de cachorros y cuyo rendimiento dependerá también de los jóvenes con los que quiera contar Marcelo Bielsa a lo largo de la temporada.

8. trabajo con recompensa

Zubieta vuelve a tener un peso considerable en la Real Sociedad y eso se nota en las categorías inferiores, donde los chavales trabajan con ilusión fundada. El Sanse no es una excepción. De nuevo con Meho Kodro a la cabeza, el filial txuriurdin intentará aunar formación y clasificación. La pasada temporada no se le dio mal: el equipo amagó con pelear por el play-off y alguno de los chavales que lo hizo posible ya ha encontrado su premio particular realizando la pretemporada -que posiblemente tenga continuidad en casi todos los casos- a las órdenes de Philippe Montanier.

El mayor hándicap de los potrillos será el habitual: la inexperiencia de los refuerzos, todos procedentes del juvenil, y la pérdida -bienvenida en este caso- de sus hombres más fuertes en favor del primer equipo.

9. La huerta

Tan ubérrima como su huerta es la cantera navarra. Y Osasuna es un buen ejemplo, aunque el paso de José Antonio Camacho por el banquillo del primer equipo se haya traducido en una pérdida de protagonismo para los hombres de la casa. La situación parece haber cambiado con José Luis Mendilibar, lo que dejará a Ángel Merino sin jugadores como Annunziata. El mal que todo entrenador de filial quiere sufrir.

Como es habitual en los últimos tiempos, el equipo rojillo ha mirado más allá de sus fronteras para reforzarse, y Gonzalo o Hermosa, entre otros, se unen a los juveniles.

 
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