El artista alemán Johan Lorbeer sorprendió ayer al público bilbaino con una de sus habituales performances urbanas, en la que permaneció «colgado» y aparentemente flotando a tres metros del suelo en la fachada principal de la Alhóndiga de Bilbo.

Con esta performance Lorbeer dio inicio a la semana de teatro de humor que se podrá disfrutar en la propia Alhóndiga y en el que ayer mismo tomaron parte también la actriz Gurutze Beitia, que protagoniza la obra «Yo y mis circunstancias».

Quienes no vieron el montaje inicial y no siguieron la meticulosa colocación de un poderoso arnés metálico suspendido de la fachada sujeto de una falsa mano humana, se sorprendieron ante la presencia de un hombre capaz de flotar en altura, mientras con una mano (la falsa) se apoyaba distraídamente en la pared y con la otra sujetaba un teléfono móvil a través del que mantenía una conversación.

Los ciudadanos se arremolinaron en torno a la «escultura» y se dejaron engañar por la apariencia de la mano que se apoya en la fachada y que es el eje que soportaba todo el arnés del artista alemán.