Seguramente el dato de que Hego Euskal Herria es el territorio del Estado español donde más manifestaciones se llevan a cabo no sorprenderá a nadie, pero sí llaman la atención las cifras que reflejan la gran diferencia de ese nivel de movilización con respecto al de otras zonas del Estado. Las más de 5.000 manifestaciones que tuvieron lugar el pasado año en Araba, Bizkaia, Gipuzkoa y Nafarroa superan holgadamente la cantidad de las realizadas incluso en comunidades autónomas cuya población es tres veces más numerosa que la vasca.

Esa estadística, sin embargo, no es caprichosa. En unos días en que se destaca que la actividad de ETA ha cesado y la kale borroka es mínima -si bien no se puede decir lo mismo de la violencia policial, como refleja la última denuncia de Aulestia-, queda evidente que el afán de movilización de la ciudadanía vasca sigue siendo muy alto. Los principales motivos de las manifestaciones son políticos y sociolaborales, y destaca sobre los demás la reivindicación relacionada con la situación de los presos políticos vascos. El pasado año se realizaron nada menos que 2.855 marchas en solidaridad con ellos o para reclamar el respeto de sus derechos. Resulta apabullante el hecho de que en Hego Euskal Herria sólo por ese motivo se hayan llevado a cabo más movilizaciones que todas las realizadas, por ejemplo, en Catalunya por diversas razones. Queda fuera de toda duda, por tanto, que para los vascos no sólo hay razones para protestar, sino que lo hacen habitualmente, aunque no en pocas ocasiones se enfrentan a la prohibición de las administraciones. Precisamente, también Euskal Herria encabeza el número de manifestaciones prohibidas.

Los datos que publica hoy GARA proceden del Ministerio del Interior español, y tienen una lectura inequívoca que el propio Ministerio debería tener en cuenta. Pero no para manipularla o intentar la desmovilización. Siempre será más razonable, en vez de tratar de ahogar la protesta, abordar sus motivos. La renuncia a la vulneración de derechos civiles y políticos es el único camino si su objetivo es que Euskal Herria aparezca como un territorio normal en sus anuarios y rankings.