Las compañías británicas se muestran contrarias a una regulación excesiva de la banca por la crisis
GARA | LONDRES
Las cien compañías británicas más importantes advirtieron ayer de que el plan de separar la banca de inversión de la comercial puede tener graves consecuencias en la recuperación de la economía de Gran Bretaña.
La Asociación de Tesoreros y Directivos de empresa (ACT, en sus siglas en inglés), que agrupa a las compañías líder alertó de que «un anillo de protección» demasiado restrictivo para los bancos puede encarecer los créditos para las empresas.
La Comisión Independiente para la Banca (IBC, en sus siglas en inglés) propuso en abril que los bancos puedan seguir operando en el sector comercial y el de inversión, pero de manera claramente diferenciada, utilizando empresas filiales separadas.
Este organismo, creado por el Gobierno británico el año pasado para mejorar la estabilidad del sector financiero y evitar otra crisis como la de 2008, presentará el 12 de septiembre sus conclusiones definitivas sobre la reforma del sistema bancario. Unas medidas severas como «el anillo de protección» pueden tener efectos «demoledores» para la economía, según comentó el director de políticas de la asociación de tesoreros, James Grout, al rotativo "Sunday Telegraph"
«La razón por la que estamos preocupados es porque el dinero entre las áreas comerciales y de inversión no va a circular y esto va a encarecerlo todo, lo que tendrá graves consecuencias en la producción y el empleo», explicó el directivo.
Recientemente el consejero delegado del banco HSBC, Stuart Gulliver, advirtió de que el futuro del empleo en Gran Bretaña dependerá del contenido de las conclusiones de la IBC. Los bancos británicos han mostrado una oposición frontal a los intentos del Gobierno de regular la banca a raíz de la crisis económica de 2008.