Pocas cosas resultan tan contradictorias y poco agradables como salir al monte de paseo y encontrarse con agentes de la Guardia Civil armados hasta los dientes. Y, sin embargo, cada vez resulta más habitual, según los testimonios llegados a GARA en las últimas semanas y meses. Un vecino de Oñati detalla que caminando hacia el monte Urbia se encontró con un control de «dimensiones impresionantes», tanto que nada daba a entender que fuera un ejercicio rutinario, como luego se le dio a entender.

El pasado sábado, sin ir más lejos, en este periódico se recibieron llamadas preguntando por si había ocurrido algo grave en Eibar. Un joven de la localidad explica que salió con su madre a pasear por los alrededores del monte Ultzama. Primero observaron un Nissan Patrol de la Guardia Civil y acto seguido se cruzaron con dos personas con aspecto extraño pero vestidos de paisano, que no se identificaron como agentes. Continuando con su camino, les paró finalmente otro guardia civil y comprobaron que en la zona había un dispositivo importante, sin explicación aparente.

La subida al monte Ernio (1.075 metros) también fue tomada por los guardias civiles hace unas semanas. Con mucho armamento, interceptaron hasta en tres puntos diferentes a montañeros que intentaban subir a la cima, pidiendoles la documentación y registrandoles las mochilas que llevaban. Los mismos excursionistas añadieron tener constancia de que en los últimos tiempos se han visto intervenciones similares de la Guardia Civil en zonas de monte cercanas, por ejemplo el macizo de Izarraitz, también a más de mil metros de altitud.

Puestos vacantes, pero no recortes

La Guardia Civil dispone de cuatro compa-ñías de los GAR, una en cada herrialde vasco. A todas luces, su actividad ha disminuido drásticamente por la inactividad de ETA. Según una información de ``El Mundo'', Euskal Herria ha dejado de ser un destino interesante para los guardias civiles jóvenes que buscan prestigio dentro de la unidad. Hasta el punto de que se habla de que hay al menos 120 puestos vacantes. La pregunta obvia es por qué no se plantea el recorte, como sí está ocurriendo con los escoltas.

¿Y el panorama legal? Abogados explican a GARA que la Guardia Civil tiene cobertura total para poner controles donde quiera: en carreteras, en montes... Debe aportar un razón, que tenga que ver con el orden público o con la realización de una investigación. Pero ante todo su actuación tiene que ser proporcional a la situación, cosa que parece que se obvia. Del mismo modo, no tienen que avisar al Ayuntamiento ni a ningún otro estamento de esas localidades. Por esta razón, el Consistorio de Eibar no estaba al tanto de lo ocurrido el pasado sábado 20 de agosto, aunque ademas del control en el monte Ultzama un helicóptero estuviera sobrevolando la ciudad.

Estos controles suelen consistir en exigir la identificación a quienes pasan por el lugar. Las mismas fuentes jurídicas apuntan a que para ello basta cualquier carné, incluso el de la piscina. Mucho más limitada es la capacidad de denuncia de estas situaciones: únicamente se puede acudir a los tribunales si se aprecian abusos mayores o una desproporción abrumadora.

A la moda introducida por los GAR se le suma la más habitual presencia del Ejército español en montes e incluso playas vascas, y que se ha reproducido en este verano.

Lo último han sido las maniobras militares en la playa de Areatza, entre Zierbena y Muskiz, el 10 de agosto, un día en que el arenal estaba a rebosar. Tras cruzar la playa, los soldados desaparecieron por carretera en media docena de camiones y jeeps escoltados por la Guardia Civil. ``Deia'' explicó que iban vestidos con el pertinente uniforme de camuflaje y luciendo los fusiles de asalto.