Lander Garro | Idazlea
Proportzionaltasuna
El nivel de riesgo que marca el semáforo de alerta volcánica se mantiene en color amarillo en la isla canaria de El Hierro y las probabilidades de que se vaya a producir una erupción inmediata siguen siendo las mismas que el pasado viernes (los científicos las cifran en un 15%). Pero los movimientos sísmicos no cesan, y sólo ayer se registraron al menos 68.
Ese nivel se elevaría si los seísmos siguen aumentando de intensidad y frecuencia y, sobre todo, si la profundidad a la que se producen disminuye, lo que revelaría un ascenso de la lava por el subsuelo.
El Gobierno de Canarias y el Cabildo de El Hierro anunciaron que mantendrán todas las medidas de precaución adoptadas en el municipio de Frontera, pero al mismo tiempo lanzaron un mensaje de tranquilidad. «No va a pasar que tengamos que evacuar a 4.000 personas. En caso de que se produzca una erupción, será nada violenta y lo máximo que puede pasar es que surja una montaña de 200 metros», dijo el presidente del Cabildo insular, Alpido Armas.
No obstante, sí preocupa que los seísmos provoquen algún desprendimiento de rocas en el norte de la isla, por lo que las viviendas más expuestas seguirán desalojadas -por ahora sólo 50 personas han tenido que abandonar sus casas- y se va a mantener cerrado al tráfico el túnel que comunica la zona con Valverde. Para prevenir cualquier incidencia, el Gobierno español desplazó ayer a El Hierro a la Unidad Militar de Emergencias, junto con más efectivos de Protección Civil y Cruz Roja.
Con una población de cerca de 11.000 habitantes, El Hierro es, en términos geológicos, la más joven de las siete islas canarias. Está salpicada de decenas de cráteres de erupciones pretéritas, la última de ellas ocurrida en el año 1793.