Los civiles huyen de Sirte mientras el CNT y la OTAN incrementan su asedio
La población civil de Sirte huye del intenso asedio al que la OTAN y las fuerzas del Consejo Nacional de Transición están sometiendo a la ciudad natal de Muamar Gadafi. Cientos de personas han abandonado un municipio condenado a la crisis humanitaria, según alertan las ONG. Sin embargo, los insurgentes mantienen el cerco y los combates se recrudecen, al tiempo que solicitan más bombardeos aliados que les faciliten la entrada en la localidad.
GARA | TRÍPOLI
«Las bombas de la OTAN están matando civiles. ¿Dónde están las Naciones Unidas? ¿Dónde está el mundo musulmán para parar el genocidio de la población de Sirte?» Estas palabras, pronunciadas por uno de los centenares de desplazados que huyen de la localidad natal de Muamar Gadafi y citadas por Tom Coghlan, corresponsal del «Times» en Libia, resumen algunas de las opiniones recogidas en las afueras del municipio. Según la ONU, más de 2.000 civiles han abandonado Sirte, que cuenta con 100.000 residentes. Aunque el éxodo podría ser mayor. Steven Anderson, portavoz del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), aseguró ayer que su entidad ha prestado ayuda de emergencia a unas 10.000 personas que se han asentado en las inmediaciones de Sirte. A estas cifras hay que añadir los 24.000 huidos de Beni Walid, a 160 kilómetros de Trípoli.
«La situación en Sirte es muy dura. No hay comida, no hay agua, tampoco gasolina ni electricidad», denunciaba el domingo a la agencia France Press Miftah Mohammed, un empresario originario de la localidad costera que había escapado con 60 de sus familiares. Tras casi un mes de asedio, las condiciones de vida en los bastiones gadafistas se han degradado. Aunque resulta difícil conocer qué está ocurriendo realmente en el interior de estos municipios.
«Grave crisis humanitaria»
«Si la situación continúa durante días o semanas, será catastrófico», alertó Mego Terzian, responsable en el Estado francés de Médicos sin Fronteras, que aseguró que los facultativos que trabajan en Sirte se han puesto en contacto con su entidad para recibir ayuda. Sin embargo, el CNT ha instado a la ONG a no acercarse al municipio, llegando a «prohibir» el acceso. «Dicen que los hospitales están saturados», advirtió Terzian. La pequeña clínica de Harawa, 40 kilómetros al este de Sirte, concentra a buena parte de los enfermos que huyen. Y, como aseguraba la doctora Valentina Rybakova, sus médicos se enfrentan a una «grave crisis humanitaria». Sin agua y sin luz, las enfermedades han comenzado a extenderse, según las ONG.
En este contexto, los testimonios de los desplazados son los únicos que permiten conocer algo de lo que ocurre al otro lado del frente. Auque muchos tienen miedo de sufrir represalias. Y no les falta razón. En Tawarga, 20 kilómetros al sur de Misrata, en el camino que conduce hacia Sirte, ya se escuchan voces que denuncian las vendettas cometidas por los miembros del CNT, según recogía ayer mismo la agencia France Press. Los habitantes de Misrata (que padecieron un asedio que se asemeja a la situación que sufre ahora Sirte), acusan a sus vecinos de haber capitaneado la ofensiva de los meses de abril y mayo.
Mientras los civiles huyen en masa, la OTAN sigue castigando Sirte desde el aire y sus aliados libios instan a que intensifiquen los ataques, asegurando diariamente que sus tropas tomarán la ciudad pronto.
Muamar Gadafi podría estar refugiado en la zona de Ghadamis, en el oeste del país y cerca de la frontera con Argelia y Túnez, bajo la protección de las tribus tuaregs, según informaron fuentes militares del Consejo Nacional de Transición (CNT) a la agencia Reuters. «Una tribu, los tuaregs, le sigue apoyando y se cree que se encuentra en el sur de la zona de Ghadamis», declaró ayer un alto responsable militar del CNT, Hisham Buhagiar.
El pasado domingo, ocho combatientes del CNT murieron cerca de Ghadamis a causa de un ataque lanzado desde el otro lado de la frontera con Argelia. Según las nuevas autoridades provisionales libias, los atacantes eran nómadas tuaregs reclutados en calidad de mercenarios.
Los tuaregs apoyan a Gadafi en agradecimiento por el respaldo que su régimen otorgó a los alzamientos armados contra los gobiernos de Mali y Níger en la década de los años setenta y por permitirles asentarse posteriormente en el sur de Libia.
Asimismo, fuentes oficiales del CNT aseguraron que Saif al Islam podría encontrarse en Bani Walid y su hermano, Mutassem, podría estar en Sirte, los dos principales bastiones bajo control de los leales a Gadafi.
La televisión siria Arrai TV emitió el martes unas imágenes en las que se apreciaba a Saif al Islam alentando a la resistencia contra las tropas del CNT, aparentemente desde uno de los feudos de Gadafi. Se trata de su primera aparición pública desde el pasado 23 de agosto, cuando fue filmado en las calles de Trípoli poco después de que los rebeldes anunciasen que lo habían capturado. GARA