Desatados como están en la labor de entorpecer cualquier escenario de solución en Euskal Herria, que a muchos de ellos les dejaría sin nada que vender a sus lectoras y lectores, los periodistas de la derechona española ya no tienen reparos en desnudar sus argumentos. Y hace falta rascar muy poco para dejar claro que lo que realmente temen es que la sociedad vasca pueda expresarse libremente y que su palabra tenga reflejo en las instituciones. Ayer, Eduardo San Martín fue muy claro en «ABC», en una columna que acertadamente titulaba «Electoralismos».

Se lamentaba el veterano columnista del periódico de Vocento porque «una oferta sobre presos de Patxi López en plena precampaña, y posiblemente con la vista puesta en las próximas autonómicas vascas, constituye un dechado de generosidad, mientras que si alguien pone en entredicho su oportunidad justo en estos momentos, entonces es él quien utiliza la política antiterrorista con fines electorales». O, dicho de otro modo, que le molesta que achaquen al PP que utilice este tema para llegar a la Moncloa.

No tardaba el periodista en ir al grano. Lean, lean: «Lo que piensan en Génova sobre la propuesta del lendakari -algunos periodistas españoles lo escriben así, sin «h», como en las memorias de Ardanza- es lo que concluiría toda persona con sentido común: si López debe su puesto, no tanto al apoyo del PP, como a la ausencia de Batasuna, o de una de sus marcas, es sencillamente suicida embarcarse en iniciativas que puedan favorecer, aun de forma no intencionada, la respetabildad electoral de ese mundo». Vamos, que como la única forma de mantenerse en el poder es amputar el cuerpo electoral de este país, a quién se le ocurre devolverles la voz y el voto... A San Martín y sus amigos de Génova -se refiere a la sede del PP- las reglas mínimas de la democracia les suenan a marcianada. Por eso, el columnista concluye que «mientras no se despejen incertidumbres, entre ellas el pronunciamiento definitivo de los tribunales, no sería bueno que Bildu tuviera un grupo parlamentario en el Congreso». No sería bueno para San Martín y los suyos. Si Amaiur, que no Bildu, tiene grupo propio en el Congreso será porque así lo quieren los votantes, ¿no?. Pero a ellos qué les importan las urnas... siempre han sido más de democracias orgánicas.