Decenas de miles de personas se manifestaron en las principales ciudades griegas en el marco de la huelga general convocada contra el reciente paquete de ajuste decretado por el Ejecutivo, que contempla, entre otras medidas, el envío a la «reserva» de 30.000 funcionarios antes de que acabe este año, lo que significa que recibirán un menor sueldo y dispondrán de un plazo de unos doce meses para encontrar otro empleo o ser despedidos.

En la capital, Atenas, se registraron incidentes entre la Policía y algunos manifestantes. Los primeros emplearon sus porras, escudos y gas lacrimógeno frente a los lanzamientos de piedras y botellas de los segundos. Hubo varios heridos de diversa consideración y una docena de detenciones.

«No al paro parcial que equivale al despido», podría traducirse la pancarta principal exhibida por el sindicato de funcionarios públicos ADEDY y tras la cual marcharon alrededor de 18.000 personas, según el recuento de la Policía.

Banderas negras al viento, arqueólogos del Ministerio de Cultura, empleados del de Finanzas, trabajadores de las empresas públicas de gestión del agua o de los ferrocarriles, todos unidos coreaban consignas contra la política del Gobierno, de la UE y del FMI. Por su parte, los estudiantes reclamaban «libros, profesores, escuelas...».

Rodoula Ivrou, funcionario del Ministerio de Desarrollo desde hace treinta años, lamentaba que «el Gobierno trata de suprimir la función de los ministerios, pero sin ellos el Estado no puede funcionar... los hospitales, los colegios, todo está en una mala situación. Cien años después de la instauración de la seguridad laboral para los funcionarios, Papandréou quiere suprimirla».

Para Frosso Iliopoulou, que trabaja en el Organismo Nacional de Medicamentos, los funcionarios «han salido a la calle porque son los más amenazados, ya han sufrido un recorte del 20% en sus salarios y ahora serán eviados al paro parcial».

Grecia, un país de 11 millones de habitantes, contaba antes de la crisis con unos 900.000 empleados en el sector público, de los que más de un tercio puede verse en la calle. El Parlamento tramitará hoy el nuevo paquete de ajuste, que contempla además subidas de impuestos y recortes de pensiones.

La huelga paralizó el sector público, dejando aviones en tierra, trenes en los andenes y las oficinas clausuradas. Los centros hospitalarios sólo atendieron los casos más urgentes. Sí funcionaron algunos transportes públicos de Atenas, pero con el objetivo de facilitar la llegada de manifestantes. En las emisoras estatales no hubo programas de noticias y la agencia ANA no envió información a sus abonados.

La próxima cita de los sindicatos para una huelga general de 24 horas está prevista para el 19 de octubre.