Un acuerdo que debe sentar precedente
El acuerdo alcanzado entre Bildu y el PNV, por el cual los ayuntamientos de Gipuzkoa verán incrementadas en medio punto las aportaciones que reciben del FOFIM -la subida será de un punto, hasta el 58%, en 2013-, constituye una buena noticia, que ayudará a desahogar la situación económica de los municipios, las instituciones más cercanas a la ciudadanía y que más están sufriendo la falta de recursos. El acuerdo entre el gobierno provincial y el grupo jeltzale llega además en un momento en el que las arcas forales padecen los rigores de la crisis, con un desequilibrio acumulado entre ingresos y gastos y con una perspectiva poco halagüeña a corto y medio plazo. Otros grupos pretendían que ese porcentaje alcanzase el 60%, pero de su propuesta y del discurso que expusieron en las Juntas se desprende más un intento de capitalizar electoralmente este tema que una aproximación real al problema.
En cualquier caso, en la sesión de ayer también quedó en evidencia la necesidad de abordar con seriedad una reforma de la Ley Municipal y la de Aportaciones, para la que la Diputación se ha comprometido a llevar una propuesta a la Cámara guipuzcoana. La financiación municipal se merece que esa propuesta y aquellas que lleguen del resto de los grupos sean estudiadas por todas las partes con responsabilidad y ánimo constructivo, ya que los consistorios no pueden soportar por más tiempo un escenario como el actual, marcado por desequilibrios e incertidumbres, y que en algunos casos los mantiene en una situación muy grave.
La mayoría de los grupos coincidieron en la necesidad de abrir ese debate, y el acuerdo entre Bildu y el PNV demuestra que cuando hay voluntad, el consenso es posible. Para ello, sin embargo, deberán abandonar cualquier tentación de hacer un uso electoral de un tema tan sensible, y será inútil enrocarse en posiciones contrarias al bien común. Posiciones como la que, también ayer, llevó a PNV, PSE y PP a sumar sus votos en favor del TAV y del puerto exterior de Pasaia, dos infraestructuras ampliamente rechazadas y sobre las que, hasta ahora, sí que no ha habido opción de debate.