Derbi amistoso entre Real y Osasuna en Zarautz
Los experimentos concluyen en tablas
Los jugadores blanquiazules y rojillos menos habituales disputaron un interesante encuentro en el que Lekic y Agirretxe fueron los goleadores. Una vez más, el campo zarauztarra de Asti estuvo repleto de aficionados.
REAL 1
OSASUNA 1
Imanol CARRILLO
Real y Osasuna empataron a uno en un derbi amistoso en el que ambos técnicos realizaron experimentos de cara a la verdadera competición liguera. A pesar del horario y el día, las aficiones txuri urdin y rojilla respondieron a la perfección y el campo zarauztarra de Asti se convirtió en una bonita fiesta.
Como era de esperar, tanto Montanier como Mendilibar tenían intenciones de experimentar en sus sistemas. Así, por parte del conjunto blanquiazul, Zubikarai fue el elegido para salvaguardar la portería. En defensa, el técnico normando instaló una línea de cuatro, con Dani Estrada en la derecha, Ansotegi y Mikel González de centrales, y Cadamuro en la izquierda.
En la medular, Markel Bergara, que volvía a jugar tras superar una lesión que le ha tenido apartado toda la pretemporada y el comienzo liguero, se hizo con el mando del centro del campo. Lo acompañaron a la perfección Mikel Aranburu y el joven Rubén Pardo. En las bandas, Sarpong comenzó por la derecha y Diego Ifrán por la izquierda, y el hondarribiarra Joseba Llorente fue el hombre realista más adelantado.
En el bando rojillo, Ricardo fue el elegido para la portería. Damià se hizo con el lateral derecho, Sergio Fernández y Miguel Flaño fueron los centrales y el joven Satrustegi se encargó de defender la banda izquierda. Timor, Lolo e Ibrahima fueron los hombres encargados del centro del campo. Más arriba, Calleja se situó en la izquierda, Annunziata en la derecha y Lekic fue el hombre de referencia arriba.
El encuentro comenzó sin un claro dominador de la pelota. Pero fue Osasuna quien avisó primero. Calleja centraba desde su banda y Estrada tocaba el balón para mandarlo a córner.
La Real tardó diez minutos en reaccionar a ese primer aviso. Pero lo hizo de manera extraordinaria, con una bonita triangulación. Markel abría a Cadamuro, el joven francés cedía la pelota a Aranburu en banda, éste se la daba a Pardo al centro del campo y el joven del filial la abría al primer toque a la banda contraria, donde Sarpong enviaba su disparo fuera por poco.
De la reacción local al gol rojillo
Osasuna se picó y se adelantó en el marcador. Tras un barullo dentro del área local, Lekic aprovechó un rechace para batir a Zubikarai cuando la Real estaba con diez por la lesión de Diego Ifrán. El delantero serbio, que no está disponiendo de muchos munutos en Liga, volvió a reivindicarse con este tanto.
Debido a los problemas de Ifrán, Montanier tuvo que dar entrada a Agirretxe, y el delantero usurbildarra volvió a demostrar que está en un gran momento de forma. La Real comenzó a dominar el encuentro y los jugadores blanquiazules supieron ver a la perfección uno de los puntos débiles de Osasuna: la banda izquierda. El joven lateral Satrustegi no pudo frenar a un gran Sarpong.
Y así llegó el empate en el minuto 32. El holandés se iba de su marca, lograba centrar el balón y Aranburu desde el segundo palo se la dejaba a Agirretxe para que el goleador del equipo rematase a placer.
El segundo tiempo estuvo marcado por los numerosos cambios. Toño Ramírez y Asier Riesgo se encargaron de defender sus respectivas porterías. Además, Mendilibar decidió reemplazar al joven Satrustegi por Raúl García. Así, situó a Calleja en el lateral izquierdo y a Ibrahima como interior zurdo.
Los cambios benefician a la Real
Por su parte, Montanier quitó a un gran Pardo, situó a Prieto en la derecha y Sarpong pasó a la izquierda. Más tarde, según fueron pasando los minutos, también entraron Zurutuza, Ros e Iker Hernández, por parte de la Real; y Rubén, Lamah y Marc Bertrán, por parte rojilla.
Los cambios le fueron mejor a la Real, que tuvo varias ocasiones de peligro que Asier Riesgo desbarató a la perfección. Aunque el mayor «peligro» llegó con el pitido final del colegiado, cuando numerosos niños imbadieron el terreno de juego para lograr los autógrafos de sus ídolos. Sin duda, un gran final para una gran fiesta del fútbol vasco.