Con «ABC» reparten los jueves un panfleto llamado «Alfa y Omega» que se define como «semanario católico de información» y cuyo contenido recoge las esencias más carcas de la Iglesia española. Ayer, en una de sus secciones, que haciendo un alarde de originalidad se llama «Gentes», publicaban dos auténticas perlas. La primera es de Jon Juaristi, aquel que hizo una pirueta ideológica que ni en el Circo del Sol. Decía Juaristi que «el nacionalismo es una ideología que ha nacido de las ideas más espantosas, como el racismo, el exclusivismo, el imperialismo, el afán de sometimiento de otros pueblos...». ¿Lo dirá porque se acerca el «Día de la Raza»? Me temo que Juaristi no se refiere al rancio nacionalismo español. A continuación se lamenta de que «Los progresistas le encuentran cierto encanto a esas ideas», y sostiene que «En el nacionalismo se decreta que buena parte de la población catalana, o vasca, no pertenece a la sociedad, y éstos tienen que hacer un esfuerzo para integrarse. El nacionalismo nace con una pauta de exclusión, y después ofrece la posibilidad de integrarse». A Juaristi le tiene que dar repelús acordarse de su juventud.

Y en la misma sección, el semanario católico le daba cancha a Albert Boadella, un catalán «no nacionalista». Afirma que «el nacionalismo tiene siempre una genética paranoica, forma parte de una patología en la cual debe haber un enemigo común para que tome realce lo propio». Lo que tiene realce es el puestazo que le ha dado la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, que no es nacionalista y además es de centro liberal...

Insiste Boadella que el nacionalismo, se refiere al catalán, al vasco o a cualquiera que no sea el de los suyos, «tiende a la endogamia, a estimular la nostalgia tribal de una comunidad, en la que realzando sus hechos diferenciales, se sienten más arropados frente a los demás». Cuando hablan de endogamia y los estragos que ha causado, la verdad es que lo primero que a servidora le viene a la cabeza son algunas imágenes de la boda de la duquesa de Alba... De todos modos, Juaristi, Boadella y compañía empiezan a ser más cansinos que otra cosa. Algún día dejarán de pagarles por decir tanta chorrada y nos reiremos todas.