Santo y seña de los hombres de negro, el ala-pívot croata está con ganas de jugar después de un verano atípico para él. «Por primera vez en mi vida he sabido lo que es tener un verano libre», dice el de Zadar, que afronta la campaña más importante de la historia de Bilbao Basket «con ganas y la cabeza fresca».

Empieza lo bueno.

Pues sí, empieza lo bueno y nos gusta eso, porque a los jugadores nos gusta jugar, y no tanto el trabajo de pretemporada. Lo que sí es verdad es que creo que hemos hecho un buen trabajo de preparación y espero que todo salga bien desde un principio.

Y estrenándose en Euroliga.

Ya hace dos años parecíamos un equipo de Euroliga, pero las cosas no salieron como tenían que salir. El año pasado sí que salieron, de modo que este año estamos arriba y queremos mantenernos ahí.

Se puede decir que hay justicia con nosotros. Pasamos un año sin jugar competiciones europeas, pero valió la pena esperar.

Pocos partidos de pretemporada. ¿Hay que aprovechar ahora para pulir los detalles?

La Liga ACB y la Euroliga son dos competiciones muy intensas y exigentes, por lo que no dan mucho tiempo para prepararse. Por eso hemos realizado un trabajo muy duro durante el verano y estoy convencido de que seremos capaces de aguantar las dos competiciones perfectamente.

Este año toca la parte difícil de ser la sorpresa: confirmar dicha sorpresa.

Bueno, la sorpresa es más para los demás, porque nosotros ya sabíamos de lo que éramos capaces. Es cierto que la del año pasado fue una experiencia muy bonita, donde el equipo dio una imagen que a todos nos gusta. Por eso queremos seguir ofreciéndola este año y sí, va a resultar más complicado.

Por ese motivo, han traído a gente muy veterana. ¿Qué se puede aprender de esos fichajes?

Lo primero que se aprende es ver que fuera de la cancha son gente maravillosa, muy sencilla. En lo que al baloncesto se refiere, son gente que demuestra lo profesionales que son, lo dedicados a su trabajo que son. Todos podemos verlos un poco como ídolos, porque son hombres muy ambiciosos y trabajadores, que ya han pasado por grandes equipos.

Por ejemplo Roger -Grimau-: nosotros también queremos levantar títulos, y quién mejor que él para mostrarnos el camino, que ya digo que debe tener los hombros sobrecargados de tantos trofeos que ha levantado en su carrera.

¿Y qué se les puede enseñar a estos fichajes?

Creo que ellos ya saben el equipo que tenemos; un equipo muy humilde, pero al mismo tiempo muy ambicioso. Ellos no van a tardar mucho en adaptarse a nosotros, porque lo más importante del juego poco a poco ya lo van haciendo suyo.

¿Cambiará en algo el juego de Bizkaia Bilbao Basket respecto al año pasado?

La filosofía seguirá siendo la misma: mucha defensa, mucha agresividad y concentración en ataque, y correr, que es lo que nos va mejor, y tampoco creo que cambie mucho.

Sí es verdad que para el juego en estático, Raül -López- nos vendrá muy bien. Es un base puro que se complementará muy bien con Aaron -Jackson-, hasta el punto que creo que pueden llegar a jugar muy bien juntos. Aaron más anotador, Raül mejor pasador... un lujo.

Por cierto, allá donde van ustedes, allí les espera el Baskonia.

En la liga, en la Copa, en la Supercopa y hasta en la Euroliga; nos persigue en todas las competiciones y es como nuestra sombra. Un rival duro y competitivo que nunca resulta fácil ganar, pero nosotros tenemos una afición que siempre está con nosotros, y ojalá se vuelva a repetir el «efecto Miribilla» contra ellos y les podamos ganar. A. G.