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«Mantenerse con el Lagunak es como ganar la Liga»

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María Goñi

Jugadora del Lagunak

Con 14 temporadas en el equipo, y tras la retirada este verano de Laura Beltrán, Gemma Reñé o Elena Oset, María Goñi es la veterana del Lagunak. «Pero todavía no he cumplido los treinta», recuerda la guardameta amarilla, que debutó en la portería siendo una adolescente y, casi tres lustros después, ejerce de referente en una plantilla repleta de jóvenes y caras nuevas.

Amaia U. LASAGABASTER

Asegura no haber cambiado demasiado desde que debutara, siendo una adolescente, en la portería del Lagunak. «Siempre me he preocupado por las compañeras». Pero la responsabilidad ahora le va también en el cargo, que no en el sueldo, no en vano es, amén de capitana, la veterana de un equipo repleto de jóvenes y recién llegadas.

Jóvenes o veteranas, esta semana estarán igualmente encantadas. Tras el varapalo de Barcelona han sumado cuatro puntos, incluyendo un empate en Zaragoza.

Desde luego. Pese a haber ganado al Málaga veníamos de no hacer muy buenos partidos y teníamos ganas no ya de sumar, sino también de poder hacer en el campo lo que trabajamos en los entrenamientos. Así que estamos muy contentas porque el equipo mejoró bastante la imagen y además puntuamos en un campo muy complicado.

Las crónicas destacaron especialmente su actuación.

Igual no eran muy objetivas, ja, ja. Yo estoy contenta por el equipo. Claro que si a nivel personal estás bien siempre es más gratificante, pero más que nada para seguir trabajando con ilusión.

No han hecho buenos partidos con equipos de «su» Liga, aunque los hayan ganado, pero sí frente a algunos de los grandes, pese a acabar perdiendo.

Contra el Levante, por ejemplo, perdimos 1-0 y nuestro entrenador salió mucho más contento que de cualquiera de los que hemos ganado. Él nos suele decir que nos va la marcha. Nos exigimos más cuando jugamos contra los equipos más fuertes y contra los que consideramos más débiles parece que nos cuesta más. Nos cuesta llevar el papel de favorito, el peso del partido, siempre nos cuesta con los equipos de abajo.

Peligroso. ¿A qué se debe?

Es una cuestión de cabeza. Nos tenemos que mentalizar de que cualquier rival te la puede liar. De todas formas, creo que es algo que les sucede a todos los equipos en todos los deportes, se motivan más contra los grandes rivales.

La cabeza también habrá sido muy importante para aguantar hasta la cuarta jornada sin haber puntuado, aun sabiendo que era lo más probable.

Era algo que teníamos bastante claro, no sólo por los rivales sino también porque el equipo estaba a medias, entre jugadoras lesionadas y otras que estaban por venir. Suena a excusa, pero era nuestra realidad; fuimos a Valencia ¡con 14 jugadoras! Aun así es verdad que llega un momento que piensas «madre mía», pero el entrenador lo supo enfocar muy bien, todas entendimos por qué pasaba y fue más fácil aceptarlo y reaccionar.

Tiene mérito en un equipo joven.

Bueno, también hay gente joven pero con bastante experiencia y que creo que han heredado hábitos que vieron en Gemma o Laura. Las nuevas capitanas también han asimilado bien su nuevo rol y además, también se agradece que venga gente joven. A veces te tienes que pelear porque son más despreocupadas, pero esa ilusión, esa inocencia, esas ganas de comerse el mundo también son necesarias.

Como capitana, ¿qué les intenta transmitir?

Lo mismo que antes, no he cambiado mucho de antes de ser capitana a ahora. También me preocupaba por las compañeras, hablar con la que puede estar mal... Ahora parece que tienes más responsabilidad, que la gente te exige más. Y a veces es un poco rollo, tienes ganas de que sean otras, porque la gente te pide siempre que des respuesta a todo. Pero también es bonito que tengan esa confianza de acudir a ti.

En lo que no afecta la edad es en la ilusión por lo que puede traer la nueva temporada.

Es algo que siempre digo, cuando desaparezca la ilusión, me iré. Yo afronto cada temporada con muchísima ilusión. Este año otra vez con la de mantener la categoría con el Lagunak, que es como ganar la Liga. Es lo máximo a lo que podemos aspirar y si lo conseguimos podemos celebrarlo como si hubiéramos ganado la Liga. También te ilusiona poder enfrentarte cada domingo a equipos que te superan en presupuesto, en muchas cosas. Es un reto. Además, esta temporada nos enfrentamos a equipos que con el formato antiguo no se podía, como Espanyol o Rayo, y también tienes la ilusión de ver si algún día puedes, por lo menos, hacerles sufrir.

¿Le convence el nuevo formato?

Teníamos muchas ganas. Se dijo que el anterior era un paso para avanzar, pero creo que sólo se dieron pasos hacia atrás. Nos molestó mucho porque bastante nos costaba mantener la categoría para que vinieran equipos que se crearon de la nada y subieran a la máxima categoría sólo por nombre. Los equipos humildes éramos los más perjudicados, a nosotros también nos cuesta mucho. Nosotras descendimos y subimos, pero algunos no existían y de repente estaban ahí. Ahora me parece una Liga de verdad, los ascensos y descensos se ganan en el campo, jugamos todos contra todos... La anterior me parecía una Liga desvirtuada.

Con la creación de aquella Superliga se aseguró que se iba a impulsar y profesionalizar el fútbol femenino pero da la sensación de que, como con el formato que se implantó, no ha habido demasiado éxito.

Estamos como estábamos. Cuando se creó ese formato se decía que desde la Federación se iba a apoyar a los clubes, se prometió dinero, sponsors, partidos televisados... Yo no he visto nada de eso y ahora hay equipos que incluso han desaparecido. Sigo pensando lo mismo, que mientras haya un seleccionador que lleva 30 años en el cargo y gente que supongo que también llevará tropecientos años, hasta que no haya caras nuevas, ideas nuevas, esto no puede cambiar.

Vamos, que todo sigue igual.

Si no fuera por la ilusión de todos los que estamos aquí dentro, no habría nada que hacer. Por suerte es algo que nos encanta.

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