Tensa calma tras expirar el ultimátum de la OTAN a la minoría serbia de Kosovo
Los serbios del norte de Kosovo se negaron ayer a obedecer la exigencia de la OTAN de retirar más de una decena de barricadas que impiden el paso a dos pasos fronterizos, pero la Alianza decidió esperar a la reunión de hoy con los líderes de la minoría serbia antes de adoptar una decisión.
GARA
La OTAN había dado a la minoría serbia de Kosovo hasta ayer martes para que quitara las dieciséis barricadas instaladas en julio para impedir el paso a los pasos fronterizos de Jarinje y Brnjak, después de que las autoridades kosovares intentaran tomar el control de ambos puestos. La tensión en la zona era evidente tras el vencimiento del ultimátum y gran número de serbios salieron a las carreteras para mantener los bloqueos, pero finalmente la Alianza, que junto a la Misión Europea de Policía y Justicia (EULEX) mantiene una presencia mínima en esos pasos fronterizos, decidió esperar a la reunión prevista para hoy con los líderes de la comunidad serbia antes de tomar una decisión.
Los serbios pidieron a la OTAN que pospusiera cualquier operación hasta hoy, cuando los líderes de las cuatro municipalidades se reunirán con responsables kosovares, según AFP, para discutir una posible solución, y después mantendrán un encuentro con las fuerzas de la OTAN desplegadas allí.
«Espero que la reunión dé resultados positivos», afirmó el comandante de las fuerzas aliadas de la KFOR, general Erhard Drews, quien advirtió de que, en caso contrario, «la KFOR está lista y decidida a actuar en nombre de la libertad de movimientos de todas las personas».
Poco antes de que la OTAN decidiera esperar hasta hoy antes de actuar, el líder de la comunidad serbokosovar Milan Ivanovic había declarado que «si la KFOR no puede esperar hasta mañana -por hoy- y decide romper las barricadas usando gas lacrimógeno y balas de goma, nosotros nos retiraremos y mañana levantaremos aún más». Los intentos previos de retirar las barricadas han acabado en violentos enfrentamientos.
Por la mañana, dos convoyes de la OTAN trataron de llegar a la frontera con Serbia para abastecer a sus tropas desplegadas en Jarinje y Brnjak, pero tras un breve recorrido se vieron obligados a dar la vuelta ante la presencia de una barricada que le cerraba el paso. La KFOR presentó la operación como una «prueba» para tratar de desbloquear la situación en torno a los dos pasos fronterizos que los serbios se niegan a que sean controlados sólo por la Policía y las autoridades de Pristina. La OTAN se vio obligada a utilizar helicópteros para evitar las barricadas.
El general Drews dijo estar «decepcionado».
La tensión en el norte de Kosovo provocó en setiembre la suspensión del diálogo entre Belgrado y Pristina, que comenzó en marzo bajo los auspicios de la UE. El diálogo fue el primer avance en las relaciones entre ambos países desde la independencia de Kosovo en 2008.