Los inversores no terminan de digerir una noticia negativa y se topan con otra de corte similar al día siguiente. Una parte del nerviosismo de esta semana lo provoca Alemania, dado que su visión para acabar con los problemas de deuda soberana y zanjar la crisis griega no encuentra muchos seguidores, aunque su papel estelar al mando de la eurozona le permite emitir opiniones con rango de imposición. De este modo, tras poner en duda el acuerdo definitivo de la próxima cumbre de la UE, rebatió ayer la posibilidad de que el fondo de rescate se apalanque a través del BCE, una medida bien vista por los estados con problemas para desembolsar grandes importes. La agitación dentro de Europa impide tomar en consideración el sesgo positivo de las cuentas presentadas al otro lado del Atlántico, como en los casos de Coca Cola o Bank of America, y la mejoría experimentada por la vivienda. Esta presión negativa fue un freno para el Ibex, que se dejó un 0,60%, hasta 8.811,30 puntos. También cedieron terreno los índices de París (-0,79%) y Londres (-0,48%), pero no Fráncfort, que se desmarcó al subir un 0,31%. En el Ibex, despuntaron al alza Amadeus, Ferrovial y Acciona con avances superiores al 2%. Las caídas más pronunciadas fueron para Mediaset (-4,60%), Gamesa (-3,66%) y Bankinter (-3,23%). Todos los grandes, excepto Santander (+0,08%) acabaron en rojo. En París, los bancos volvían a recortar sus precios. Société Générale cedió un 4,99%, BNP Paribas, un 3,59%, y Crédit Agricole, un 3,26%. Por otro lado, Michelin (+2,78%) sobresalió entre los ganadores.