Hasta cuatro ministros del Gobierno español, además del candidato Rubalcaba, se desmarcaron ayer de la Conferencia de Donostia y de la declaración suscrita en la que se pide a Madrid y París que acepten iniciar conversaciones sobre las «consecuencias del conflicto» si ETA anuncia el cese definitivo de su actividad armada. Y todos ellos insistieron en que lo importante es que la organización armada dé el paso.

El ministro de Fomento y portavoz del Ejecutivo, José Blanco; el de Interior, Antonio Camacho; el de Presidencia, Ramón Jáuregui; y el vicepresidente Manuel Chaves, recalcaron ayer que el Gobierno no ha participado de la organización de la Conferencia Internacional de Donostia ni quiere entrar a valorar su declaración.

Jáuregui fue el único que apuntó que la declaración es «relativamente decepcionante», pero el eje central de su discurso fue que el Ejecutivo «no se siente concernido ni interpelado por su contenido».

El ministro del Interior, Antonio Camacho, matizó que no considera una injerencia en los asuntos de España la participación de ex mandatarios de gobiernos extranjeros en la Conferencia porque «evidentemente cada uno es libre de formar parte y de asistir a los actos que considere convenientes».

En rueda de prensa en Iruñea, y preguntado sobre si considera relevante y positiva la declaración redactada como conclusión del encuentro, Camacho dijo que «lo que el Gobierno consideraría relevante y positivo es que la banda terrorista cesara irreversiblemente la violencia, ésa es la posición del Gobierno, eso es lo definitivo y relevante para lo sociedad».

Cuestionado sobre si entonces no considera relevante el documento, Camacho replicó: «Yo no he dicho eso. Yo he dicho cuál era la posición del Gobierno pero no me he pronunciado en relación a esa cuestión».

El vicepresidente Manuel Chaves, por su parte, quiso dejar claro que el Gobierno «no va a negociar con la banda terrorista» y «no va a hacer ninguna concesión política».

Rubalcaba no avaló al PSE

El candidato del PSOE a la Presidencia del Gobierno español, Alfredo Pérez Rubalcaba, dijo por su parte que no dio su «visto bueno» al PSE para que participara en la Conferencia.

«No, no le di el visto bueno», afirmó Rubalcaba al ser preguntado si sabía y si dio su beneplácito al PSE para que enviara una delegación a Aiete.

José Blanco, vicesecretario general del PSOE y portavoz del Gobierno español, afirmó el viernes que el partido conocía la decisión de acudir a la cita.

Lakua no se mueve

La portavoz del Gobierno de Lakua, Idoia Mendia, afirmó que el Ejecutivo no se plantea «ningún movimiento» tras la Declaración de Aiete y la asunción de ésta por parte de la izquierda abertzale, e insistió en la «hoja de ruta» planteada por el lehendakari, por lo que «es ETA quien debe manifestarse ahora».

En rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno, Mendia reiteró que tras la declaración de la Conferencia Internacional el Ejecutivo autonómico se «queda» con el llamamiento que se le hace a ETA «ponga fin de forma definitiva a la actividad terrorista».

La portavoz señaló que «si la banda terrorista cesara la actividad terrorista, entonces se podría avanzar en otros ámbitos, pero la primera condición de base es el cese de la actividad armada de la banda».

Por su parte, el presidente del Senado, Javier Rojo, se quejó de que el Gobierno y el PSOE han recibido «un trato inhumano, desproporcionado y poco democrático» en los últimos años a causa de la política contra ETA, pero se mostró convencido de que la Historia ya les «pondrá en su sitio».