La organización del Tour desveló ayer en París en la presentación de su próxima edición los puertos de las etapas que por error ya anunció en su web la pasada semana y confirmó que los escaladores tendrán el recorrido más desfavorable y menos espectacular que se recuerda en muchos años. Además ASO no quiere que haya espectáculo al borde de la ruta en las etapas de alta montaña, que ha colocado entre semana. No sólo las dos claves de Pirineos, como es norma, también las dos de Alpes.

Los escaladores sólo tendrán dos etapas de alta montaña con llegadas en alto en puertos que tampoco son excesivamente duros como La Toussuire en los Alpes y Peyraguedes en Pirineos y serán las dos etapas más cortas de la prueba con 140 kilómetros que se esperan espectaculares por la sucesión de puertos.

Además hay una tercera llegada en alto al término de la primera semana en La Planche des Belles Filles, una estación de esquí en el macizo de los Vosges en la que se llega a 1.148 metros de altitud, pero sin ninguna dureza previa a esa subida final.

Por contra, los escaladores tendrán 96 kilómetros de contrarreloj individual. Si con menos de la mitad Cadel Evans sentenció en una última edición de la prueba que presentaba mucha más dureza y llegadas en alto, el próximo mes de julio el australiano, Bradley Wiggins y, si el TAS falla a su favor y se queda sin sanción, Alberto Contador, son los grandes beneficiados. Incluso el alemán Tony Martin puede plantearse disputar la general. No tendrá una oportunidad mejor.

Por contra, los grandes perjudicados son los hermanos Schleck, que deberán hacer valer el potencial del Radio Shack Nissan para romper la carrera en las etapas de montaña y encomendarse a la sabiduría de Johan Bruyneel y trabajar mucho para mejorar contra el crono.

Poco propicio para Euskaltel

Tampoco será un Tour propicio para Euskaltel, un equipo pensado para las etapas de montaña, y lo más lógico es que repita el planteamiento de este año y lleve de sus tres líderes sólo a Samuel Sánchez. Además, después defendería su título en los Juegos Olímpicos. Igor Antón y Mikel Nieve tienen recorridos más favorables en Giro y Vuelta.

Ni tan siquiera la salida de Lieja va a llevar a los organizadores a colocar los puertos de la clásica para dar una alegría a los escaladores, que deberán esperar para hacer la primera selección a la etapa de la Planche des Belles. Al día siguiente hay una jornada de media montaña con siete puertos y luego llega la primera crono larga de Besançon.

Los Alpes presentan dos etapas de alta montaña. En la que acaba en Bellegarde se sube Corlier, el Grand Colombier -el más duro de la jornada- y Richemond, al que la organización no pone ni como puerto de montaña. No dio pistas sobre la dureza de los puertos ni tan siquiera establece por ahora su categoría. Más espectacular resulta la siguiente, en la que se suben en 14o kilómetros dos colosos como Madeleine y Croix de Fer, Mollard y final en La Toussuire.

Los Pirineos presentan tres etapas de alta montaña, pero de la primera poco se puede esperar porque se suben sólo Portel, Lers y el Muro de Péguère, puerto corto y duro que se corona a 39 de meta. Al día siguiente no han metido ningún puerto para llegar a Pau, y tras la jornada de descanso se llega a Bagneres de Luchon tras subir Aubisque, Tourmalet, Aspin y Peyresourd.

Las opciones de los escaladores acaban el jueves -el Tour vuelve a poner las etapas cercanas a Euskal Herria entre semana para reducir la asistencia de público- con la llegada en alto en Peyraguedes tras subir Menté, Ares y Balés. La última crono será otra vez importante porque son 52 kilómetros los que separan Bonneval y Chartres.