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Kurdist�n, el tal�n de Aquiles de Erdogan

La escalada b�lica del Partido de los Trabajadores del Kurdist�n (PKK) y el Ej�rcito turco es la �ltima muestra de un viejo conflicto que no tiene visos de soluci�n cercana. El ataque del PKK a varios puestos militares turcos, en el que 24 soldados resultaron muertos, es se�al de una capacidad que recuerda a la de los primeros a�os, a pesar de las operaciones que el Ej�rcito turco lleva a cabo regularmente fuera de sus fronteras, bombardeando las zonas donde supone que se refugian la guerrilla.

Cuando el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, se encontraba en una situaci�n de estrecho marcaje por parte de los sectores kemalistas y el Ej�rcito, parec�a percibirse en �l cierta voluntad de encauzar el conflicto por las v�as del di�logo, pero tambi�n ten�a una gran dificultad debida a ese marcaje. Sin embargo, en las �ltimas elecciones Erdogan sali� considerablemente fortalecido y ello ampliaba su margen de actuaci�n en todos los campos. Su respaldo coincidi�, adem�s, con los buenos resultados del partido kurdo en el Parlamento y no habr�a sido descabellada la posibilidad de abordar un proceso negociador desde esa fortaleza. Pero fue precisamente entonces cuando rechaz� dicha posibilidad, lo que supon�a mantener ese gran problema en lo concerniente a la pol�tica interior, en contraposici�n a los logros en la exterior, que han dotado a Turqu�a de un peso geopol�tico indudable, con un papel primordial en Oriente pr�ximo. Sin embargo, el �problema kurdo� se ha revelado como el tal�n de Aquiles de la Turqu�a neotomana. El dirigente del PKK encarcelado Abdullah Ocalan emplazaba hace dos d�as al Gobierno turco a negociar, vaticinando, de lo contrario, una situaci�n muy complicada, y dram�tica tanto para unos como para otros. El presidente de Turqu�a, Abdullah G�ll, anunciaba una �venganza grande y m�ltiple� tras los ataques kurdos de ayer. No parece que esa din�mica vaya a suponer soluci�n alguna y, por otro lado, es probable que, m�s que en el plano militar, esa venganza se materialice con la represi�n a la poblaci�n civil y m�s detenciones de representantes pol�ticos kurdos.

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