Gloria REKARTE | Preso ohia
Ganadores
Hace justamente una semana, como aportación inestimable a la Conferencia de Paz celebrada la víspera, el lehendakari hacía las Américas, la prensa españolísima mordía con más veneno que una Mamba Negra, y PP y PSOE ponían a sus figuras a lanzar improperios, a dinamitar esperanzas y alumbrar trampas. Solo tres días después, cuando ETA declara el cese definitivo de la actividad armada, confían ciegamente en que la sociedad vasca padezca desmemoria crónica, corren a condecorarse y, mientras «ajustan traducciones» en felicitaciones europeas, cantan triunfos en bastos y espadas. Así andan, entre cantarines y presurosos. También corren a escribir la historia. Según el derecho que -Rubalcaba dixit- les corresponde por su condición de «ganadores». «A las víctimas y a los ganadores», apostilló. En la Rubalcaniana acepción, víctimas lo son únicamente las de ETA, lo que explica que designe historiadores con la misma soltura y el mismo apresuramiento con que elude términos como justicia, verdad o esclarecimiento.
Pero sepan los «ganadores» que, aunque sigan disparando odio para minar la convivencia antes de construir siquiera sus pilares, aunque intenten el olvido definitivo de las 474 víctimas-no-de-ETA cuya responsabilidad se les viene encima como la losa que es, la historia de este pueblo la escribirá este pueblo, y la escribirá con todos sus renglones. Es lo que la sociedad vasca demanda y lo que a la sociedad vasca se le debe. Y una de las razones por las que, entre albricias, júbilos y alegrías por la «victoria de la democracia», se cuela la tensión y el desasosiego: los «ganadores» tienen mucho que perder.