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EHNE Bizkaia exige la soberanía alimentaria frente a la PAC

EHNE Bizkaia ha realizado una reflexión profunda y ha llegado a la conclusión de que «la Política Agraria Común (PAC) agoniza, por lo que la soberanía alimentaria es una necesidad». El sindicato agrario confirma que tres cuartas partes de los 1.000 millones de personas que sufren hambre son campesinos o trabajadores rurales, mientras que la agroindustria «lo controla todo; también las ganancias».

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Juanjo BASTERRA | BILBO

El profundo análisis sobre el futuro de la Política Agraria Común (PAC) que ha realizado EHNE Bizkaia concluye que «el actual sistema alimentario mundial no es capaz de cumplir con su función principal: alimentar a las personas». Aporta el dato de que «actualmente más de 1.000 millones de personas sufren hambre en el mundo. Tres cuartas partes de quienes no tienen suficiente para comer -indica- son personas campesinas y trabajadoras rurales, las mismas que producen la comida, mientras que un puñado de corporaciones agroindustriales que controlan la cadena alimentaria, aquellas que deciden a dónde va el alimento, acumulan ganancias escandalosas».

EHNE Bizkaia afirma que «la PAC agoniza y la nueva reforma supone liquidar al sector agrario con ayudas». Por lo que propone «impulsar la soberanía alimentaria. Es una necesidad para promover desde la UE un nuevo orden alimentario mundial».

A su juicio, las soluciones llegarán mediante «la estabilización de las cotizaciones mundiales y la garantía de precios internos estables, que reflejen los costes reales de producción». De hecho, reforzaría las condiciones sociales y ambientales de la producción, se establecería un control de los volúmenes y una redistribución de las ayudas entre los agricultores». A la vez indica que «la solidaridad con los países pobres también exige el abandono de los acuerdos de librecambio, en beneficio de acuerdos preferenciales reforzados y el aumento de la ayuda pública para el desarrollo agrícola».

El sindicato agrario de Bizkaia manifiesta que la situación exige «respuestas firmes» y llama a «rechazar el modelo económico capitalista que nos han impuestos». A cambio, resalta la necesidad de «adquirir compromisos de cambio, tanto en el modelo agrario a defender y desarrollar, como en la construcción de otra economía basada en el control y la gestión colectiva de los recursos de los medios de producción y de los mercados, rompiendo con la orientación actual de búsqueda de beneficios privados a corto plazo».

EHNE Bizkaia entiende que se debe avanzar hacia una «economía agraria y rural más justa y viable, a través del desarrollo del principio de la soberanía alimentaria, estructurando el factor de producción de la tierra, tanto en el uso como en la propiedad, así como cambiando las pautas actuales de consumo y comercialización».

Para ello, exige la instalación de jóvenes en Euskal Herria y en Europa, si queremos un futuro para la agricultura y una alimentación basada en el producto propio y una menor dependencia del exterior».

Porque, según el sindicato agrario, la UE «ha cedido» a la OMC y en el debate sobre el futuro, «el empleo, la soberanía y la seguridad alimentarias y la protección del medio ambiente han quedado relegados». Se ha permitido «la liberalización de los intercambios comerciales, que han hundido los precios hasta situarlos por debajo de los costes de producción» y afirma que las ayudas se han utilizado «como colchón para mantener el `dumping', que ha destrozado las economías agrarias de los países del Sur y que ha hecho a los productores del Norte dependientes de las mismas».

Desigualdad

El fracaso de la PAC es evidente, a juicio del sindicato agrario, porque los datos de Hego Euskal Herria en materia de ayudas repiten los datos europeos. «El 10% de los productores acapara el 66% de las ayudas europeas, y el 20% se lleva el 81% de las mismas. Es injusto», ratifica.

«Discrimina a las mujeres y las ayudas no se reparten por igual»

EHNE Bizkaia también rechaza la PAC europea porque «discrimina a las mujeres» y «está generando la polarización social del campo», pues está «en pocas manos». Indica que «la formulación de la PAC carece de enfoque de género, obviando la situación desigual en la que se encuentran las mujeres en el medio rural y en la actividad agraria, así como las causas estructurales y sistémicas de esa desigualdad».

Desvela que «las grandes empresas del agronegocio reciben porcentajes muy elevados del total de las ayudas en comparación con lo que reciben los agricultores. Dentro de éstos, los hombres obtienen un porcentaje mucho mayor que las mujeres».

EHNE Bizkaia recuerda que «las mujeres acceden en menor medida a las ayudas de la PAC porque, para adquirir derecho a los pagos, se debe ostentar la titularidad de la explotación». En la mayoría de los casos, el hombres es titular, y cuando «la mujer es titular suele tratarse de explotaciones de dimensión económica reducida», termina. Juanjo BASTERRA

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