Maite SOROA | msoroa@gara.net
Será el punto de vista
La situación creada tras la declaración de ETA de la pasada semana es de indudable esperanza en Euskal Herria, en el contexto internacional e incluso en parte de la opinión pública española y francesa. En los medios de la derecha extrema, sin embargo, es de enfado... y desvarío.
F. Jiménez Losantos llamaba ayer en su columna de «El Mundo» a la manifestación de algunas asociaciones de víctimas, asegurando que «las víctimas de la ETA están más solas que nunca». Establecía que la diferencia entre «el `proceso de paz' de 2005 (...) calcado a la enfañifa de ahora, y el de 2011 es que entonces las víctimas del terrorismo, humilladas y perseguidas por Zapatero, Peces-Barba, Conde-Pumpido, Alonso, Rubalcaba y demás cuadrilla no estuvieron solas. El PP de Rajoy, con Acebes en Génova 13 y Zaplana en el Parlamento, apoyó de muchas formas las grandes manifestaciones contra el diálogo del Gobierno y la ETA», y se ponía tremendo asegurando que «la gran traición de 2011 es, simplemente, la continuación de la de 2005, pero con la complicidad del PP. No sé si Rajoy apoyaba en 2005 a las víctimas porque le convenía o si apoya ahora al Gobierno del PSOE porque le conviene». Sospechábamos que el candidato del PP no le caía muy bien a Federico, y parece que, en efecto la impresión era acertada.
Pero, en fin, el punto de vista es el punto de vista, si bien cuando la miopía no es tal, sino ceguera -o sencillamente cuando el objetivo es intentar hacer comulgar con ruedas de molino-, la influencia de aquél es nula, como demuestra «La Razón» al hablar de las generosas dietas que la señora Barcina, presidenta del Gobierno de Iruñea, no va a cobrar, lo cual, es motivo de felicitación a quien hasta hace poco no había «renunciado» a unos cuantos miles de euros. En la sección «Las caras de la noticia», aplaudían el sacrificio de la presidenta: «Yolanda Barcina, afirmó ayer que tiene `claro' que sus ingresos van a ser `bastante menores' que los de otros presidentes autonómicos, una vez que ha anunciado su decisión de renunciar al cobro de dietas. En tiempos de ajuste y austeridad, Barcina ha dado un paso al frente para mostrar el camino a los políticos que deseen mejorar su imagen pública». Es decir, que cobrar en dietas una cantidad que superaba la de su sueldo era lo normal, y lo que debería ser normal es modélico. Sólo les falta hacer una colecta entre los navarros para ayudar a la pobre presidenta a llegar a fin de mes.