A meterse entre los diez primeros
Duelo de equipos reņidos con el gol
Marcelo Bielsa parece que repetirá alineación esta noche, con Llorente en punta, ante unos «colchoneros» a los que también les gusta tener la posesión, pero que, como los los bilbainos, tienen muchas dificultades para marcar, sólo un tanto en sus cinco salidas
Joseba VIVANCO
El Pupas visita San Mamés. Y nunca mejor dicho porque los madrileños llegan inmersos en su enésima crisis de juego y resultados, algo ya inherente al ADN de los del Manzanares. No han ganado en sus últimos cinco partidos, entre competiciones doméstica y europea, pero es que como visitante sólo ha marcado un gol en los cinco choques que ha jugado lejos de su estadio, tres en Liga y dos en Europa League. Pobre bagaje para un equipo que a todas luces había reforzado de manera acertada sus puntos flacos en la medular, con los costosos fichajes del cerebro brasileño Diego y el temple del turco Arda Turam, sin contar al codiciado colombiano Falcao. Pero ni por esas el Profe Gregorio Manzano ha enderezado el ya tradicional discurrir guadianesco de este equipo en el que el desasosiego forma parte de su idiosincrasia.
Los colchoneros llegan a La Catedral, un campo propicio para ellos en las últimas campañas, donde en sus últimas cinco visitas se han llevado los tres valiosos puntos en cuatro de ellas. Pero en el Atlético, con cada temporada toca renovar equipo y el que arriva esta noche lo hace lastrado por la falta de gol, ausencia de puntería que colisiona con el elevado dominio del balón que ejerce, algo que nos suena por estos lares. Demasiada posesión para tan poca pegada -aunque vista la estadísticas del Oporto portugués en Champions, con 65 disparos y sólo 4 goles...-. Y eso que el Atlético remata una media de 16 veces a gol por partido, mientras el Athletic lo hace 12; eso sí, el porcentaje de los que van entre los tres palos es casi igual.
Llorente, sí, y contento con Gorka
Lo que sí parece es que Manzano continuará con sus habituales rotaciones y su último esquema 4-2-3-1, nada que ver con la inmutable filosofía de Bielsa. No parece que la grave lesión de Gurpegi y el toque de atención físico de Llorente le hagan repensarse lo de empezar a repartir minutos entre una plantilla que ayer el rosarino negó que fuera corta. Incluso señaló los posibles recambios a Gurpegi como «volantes de contención»: San José, Iturraspe y Galarreta
El Athletic es el tercer equipo que menos jugadores ha empleado -19- en las siete jornada de Liga. De momento, además de Gurpegi, Igor Martínez y Castillo siguen con problemas. Así las cosas, lo que parece claro a tenor del último entrenamiento de ayer es que Bielsa apuesta por mantener el once inicial, incluido Llorente, a quien el argentino no ve ni «cansado ni sobrecargado».
Como también defendió la titularidad de Gorka Iraizoz, sobre quien fue cuestionado en sala de prensa si está contento con él. «Cómo no. Con él, con Raúl y los demás. Todos tienen un plus de crecimiento», señaló, para recordar que ante Osasuna «resolvió el partido».
«Mi primer tuit de todos los días irá dedicado a Gurpe hasta que vuelva a jugar», escribía ayer un aficionado en su twitter, en lo que es otra expresión más de la solidaridad, el apoyo y el reconocimiento que el capitán rojiblanco ha despertado a raiz de su lesión, de la cual será intervenido el próximo 24 de noviembre. Los mensajes vía redes sociales llegados a la web del Athletic se cuentan por cientos y todos ensalzan la figura y el compromiso del jugador. Un sentimiento rojiblanco que tampoco ha pasado por alto en estos meses para el propio Marcelo Bielsa, quien ayer no pudo evitar referirse a la situación del navarro, tanto que no ocultó sentirse mal por haberle dejado en el banco tras el derbi ante la Real. «La lesión aumenta mi culpa porque no tengo posibilidades de compensar una situación injusta por haberle excluido en el juego posterior a su gran partido en Anoeta». Un sentir emocionado que dejó patente al asegurar que «Dios premia a jugadores como Carlos. Por cada año que pierda, le dará de extensión dos más. Jugará hasta los 40». Buena medicina para un «Gurpe» con el que el equipo «sale dañado» por su polivalencia en el juego, pero también por ser «un compañero de trabajo inigualable, un estímulo para todos». Y concluyó: «El fútbol siempre le estará agradecido». J.V.
San Mamés recibe esta noche aliviado a un Atlético que ya no cuenta con sus dos especialistas en marcar a los bilbainos: Diego Forlán y el Kun Agüero, cuyas figuras emergían cada vez que visitaban La Catedral. Su relevo lo toma Radamel Falcao, que el pasado fin de semana cortó su sequía goleadora ante el Mallorca, aunque de penalti. Criado en Bogotá, el Tigre, como le apodan, es hijo de Radamel García, un exdefensa central de varios equipos venezolanos, que, según escribió el periodista argentino Juan Pablo Varsky, «molía a patadas a delanteros rivales». Por eso muchos pensaban que Falcao, quien se llama así en honor a Paulo Roberto Falcão, un grande de la historia del fútbol brasileño, sería como su progenitor, pero nada de eso. Lo que sí heredó de él fue su religiosidad. Falcao es un reconocido cristiano evangélico que repite cada vez que puede que todo se lo debe a Dios. También asegura que fue `el de arriba' quien le dio fuerzas para superar una lesión que lo dejó ocho meses fuera de los terrenos de juego, cuando estaba en un gran momento y acababa de marcar siete goles en siete partidos con River. También le debe su matrimonio a la fe, pues fue justamente en una iglesia de Buenos Aires donde conoció a Lorelei Tarón, con quien se casó en 2007.
Fue en Argentina a donde llegó a la octava división de River Plate y escaló hasta la primera. Pasó por diferentes categorías de la selección colombiana y hasta estudió periodismo deportivo. Se consolidó con los Millonarios al marcar tres veces en una histórica remontada contra el Botafogo brasileño. Después llegaron muchos goles más, varias ofertas del exterior y la decisión final de irse al Oporto en 2009, donde se consagró a nivel mundial cuando la temporada pasada en el arrollador Oporto superó al alemán Jürgen Klinsmann como máximo goleador en una campaña en una competición UEFA, con 17 goles. Radamel Falcao se convirtió luego en el fichaje más caso en la historia del Atlético de Madrid, que desembolsó 40 millones de euros. J.V.
