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Los rojillos se pusieron dos veces por delante en el marcador

Poco rédito para la tarde de «Ibra»

El acierto goleador del senegalés -muy trabajador y protagonizando las mejores ocasiones-, con sus dos dianas, mantuvo a los de Mendilibar con serias opciones de traerse los tres puntos pero, como en Granada, a la escuadra navarra le faltó cierta dosis de ambición.

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GETAFE 2

OSASUNA 2

Natxo MATXIN

Mendilibar pidió a los suyos levantar la cabeza fuera de casa y jugar al fútbol. Seguro que no se quedó contento de lo que vio, aunque al menos se fue con la satisfacción de otro punto más en un siempre adverso Alfonso Pérez. Insuficiente rédito, en todo caso, si se tiene en cuenta que los rojillos tuvieron el encuentro de cara hasta en dos oportunidades.

Como sucedió en Granada, el conjunto navarro tuvo en sus manos sumar tres, pero en los momentos claves pecó de falta de ambición, de control en el centro del campo y de cierta tensión en defensa. El envite frente a los azulones volvió a demostrar, además, que el preparador vizcaino sigue sin encontrar solución a una maltrecha banda izquierda.

En cualquier caso, a Osasuna le dio mucha confianza que la primera ocasión en la que llegó al área contraria consiguiese perforar la portería getafense. Con mucha ayuda del guardameta local, el cedido Moyá, quien resbaló en el momento más inoportuno al bombeado cabezazo de Ibrahima. El africano supo colocarse a la espalda de Cata Díaz, pero gran mérito de la diana hay que atribuírselo al pase medido de Raúl García.

Un buen indicio para equilibrar el mal bagaje histórico de las visitas al Alfonso Pérez y un golpe de confianza para contrarrestar la dinámica del rival, que a partir de ese momento trató de llevar la iniciativa con juego elaborado y basculando sus acometidas especialmente por su banda derecha, ésa que tantos quebraderos de cabeza está dando a los rojillos en este inicio liguero.

De ese flanco llegaron en apenas cinco minutos hasta tres ocasiones locales consecutivas. Afortunadamente para los intereses navarros, no fue la tarde de Diego Castro -flamante fichaje veraniego de los madrileños-, cuyo punto de mira resultó estar desviado en la primera parte. El gallego lo intentó en el 20 y el 24, pero sin tino. Un minuto más tarde, Miku tampoco pudo alardear de puntería, pues su disparo se marchó cruzado, siguiendo la estela del balón Andrés Fernández.

El cuero no entró en la meta del murciano, pero la sucesión de lances peligrosos fue demasiado para la paciencia de Mendilibar, quien ya ha demostrado a lo largo de su trayectoria como técnico que no se corta un pelo si tiene que retirar a alguno de sus hombres antes del descanso.

Y en esta ocasión, el pagano en primera instancia del mal balance defensivo del ala zurda osasunista fue Cejudo, que se fue a la ducha en el 26. El de Zaldibar recompuso posiciones y ubicó en el lateral a Damià, adelantando la posición de Raitala al volante. El finlandés ya no saldría tras el descanso.

Siesta que casi cuesta cara

Pareció dar sus frutos la variación del técnico vizcaino, pues a partir de ese momento la escuadra encarnada sufrió bastante menos, a excepción de un intento de vaselina de Pedro Ríos. Poco a poco, los escarceos de Barrada -un futbolista marroquí del Getafe B que apunta desparpajo y buenas maneras- se fueron mitigando y Osasuna buscó cerrar el choque a la contra.

A falta de un minuto para el descanso, Ibrahima pudo hacer doblete pero, forzado por la carrera y el leve empujón de Torres -no pareció suficiente como para pena máxima-, su remate se quedó en nada. Era la tarde del senegalés y lo acabaría demostrando algo más tarde.

Los de Mendilibar trataron en la reanudación de que el choque entrase en fase de sesteo, pero fueron ellos los que se acabaron durmiendo y el Getafe, impulsado por la entrada al campo de Dani Güiza, quien a punto estuvo de llevarse el gato al agua. El delantero jerezano. él solito, se echó al equipo a la espalda, sin que los rojillos supieran contrarrestar su calidad.

Amagó al poco de estar en el césped, pero certificó al cuarto de hora. A Osasuna entonces se le cayó todo el castillo de naipes y sólo la conexión Raúl García-Ibrahima volvió a sacarle del atolladero. En segunda instancia, esta vez fruto de la perseverancia de Marc Bertrán por banda derecha. El destino le daba una segunda oportunidad a los rojillos, de la que tampoco supieron sacar tajada.

Otra vez el temor a ganar volvió a hacer presa en la escuadra navarra. Cada minuto que pasaba, el equipo iba retrocediendo un paso más con un Getafe que ya había apostado el todo por el todo con el doble cambio de García Plaza. De nuevo, la línea defensiva hizo la estatua para permitir que otra vez Güiza equilibrase la contienda.

Eso espoleó a los locales y amedrentó más todavía a los encarnados. Hasta el punto de que fue Andrés Fernández quien salvó la papeleta. Se pasó en un abrir y cerrar de ojos de un triunfo casi seguro a rezar por sumar al menos un punto.

Un de más a menos que no puede darse el domingo ante la visita de un enrachado Levante, que llega con la vitola de líder por merecimientos propios. La cara del Osasuna casero será más que necesaria para doblegar a los granotas.

Mendilibar: «Podíamos haber rascado algo más, pero nos tenemos que conformar»

Consciente de que el Getafe jugó mejor que los suyos, el técnico rojillo, José Luis Mendilibar, dio por bueno el empate cosechado en el Coliseum Alfonso Pérez. «Es cierto que, tal y como se ha puesto el partido, podíamos haber rascado algo más, pero nos tenemos que conformar», explicó el técnico vizcaino.

Tras ponerse sus pupilos dos veces por delante, el de Zaldibar reconoció que el rival «estaba jugando mucho mejor que nosotros y nos ha apretado mucho sacando mucha gente ofensiva». Frente a ello, Osasuna fue «incapaz de hacer el 1-2 en una contra, ni siquiera de dar algún susto más».

Como no podía ser de otra manera, Mendilibar se refirió a la actuación de los goleadores y, en especial, de Ibrahima. «Poder hacer gol es bueno para él y la verdad es que tanto Ibrahima como Güiza han estado acertados. También es cierto que, tal y como ha transcurrido el partido, si no está Güiza y está otro, quizá las mete también», indicó.

El ayer bigoleador rojillo quiso restar importancia a su eficaz actuación. «Esto no es sólo cosa mía, es del grupo, me ha tocado meterlos a mí, pero son de todos», acertó a decir el senegalés, quien tuvo una dedicatoria especial para su madre, «que estaba enferma». Asimismo, admitió que el primer gol fue cuestión de «suerte», pero matizó que «para meterlos hay que estar ahí».

El delantero africano desveló que su buen entendimiento con Raúl García ya viene de la época en que ambos eran colchoneros y en la que «hacíamos tiki taka». «Cuando llegó aquí me alegre bastante», se sinceró. «Ahora voy a luchar a muerte por mi familia, que confían mucho en mí. Mis compañeros han bromeado conmigo y yo, como siempre, alegre, tranquilo y humilde de cara al futuro», añadió. N.M.

En la zona templada, a seis del descenso

Con el punto cosechado ayer en Getafe, Osasuna se ubica en la decimoprimera posición, con un total de once puntos y a seis del descenso, que ahora lo marca el Racing. La plantilla osasunista se ejercitará hoy -Tajonar, 14.00- en lo que se espera sea una sesión de recuperación para los titulares, mientras que mañana será la tradicional jornada de descanso semanal.

El partido del Bernabeu podría ser al mediodía

Según adelantó una cadena televisiva, algo de lo que se han hecho eco el resto de medios, el encuentro que Osasuna jugará en el Bernabéu podría celebrarse al mediodía. En concreto, el duelo entre rojillos y merengues se disputaría el día 6 de noviembre, domingo, a las 12.00. Paradójicamente, el propietario de los derechos televisivos aseguró hace unas semanas que Barcelona y Real Madrid no jugarían en este horario.

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