elías querejeta y eterio ortega | CINEASTAS AUTORES DE «AL FINAL DEL TÚNEL»
«La violencia del Estado también ha existido y habrá que reconocerla»
Elías Querejeta (Hernani, 1934) tiene a sus espaldas una amplísima trayectoria en el mundo del cine. A través de la gran pantalla, también se ha implicado en el conflicto político vasco. Eterio Ortega (Burgos, 1962) ha dirigido la trilogía ideada por Querejeta en la que se aborda el conflicto vasco y que se completa con los títulos «Asesinato en febrero» (2001) y «Perseguidos» (2004).
Alberto PRADILLA | MADRID
Elías Querejeta fue un activo del movimiento ¡Basta ya! y se sumó a la campaña contra el abertzalismo lanzada por los partidos españoles durante los primeros años de 2000. Con un background posicionado y dos obras previas («Asesinato en febrero» y «Perseguidos») en las que afronta una de las perspectivas del conflicto vasco, Querejeta (Hernani, 19XX ) cambia de registro con «Al final del túnel». Una cinta con la que cierra la trilogía y donde, según sus palabras, trata de acercarse al «mundo nacionalista». Recoge seis voces (Sabino Ayestarán, Cristina Sagarzazu, Maite Goizueta, Juan Karlos Ioldi, Edurne Brouard y Kepa Pikabea), a quienes unen las consecuencias del conflicto. La película, que se estrenó el viernes en Madrid, será proyectada tanto en el Estado español como en Euskal Herria.
¿Qué quería transmitir a través de esta película?
Eterio Ortega: Es una radiografía de ETA que no pretende ser histórica, sino un reflejo del momento actual.
Elías Querejeta: Espero que lleve a una mayor comprensión sobre cuál ha sido el problema y acerca de su evolución. Hay que tener en cuenta que todo esto está hecho antes de la declaración de ETA. Pero la tendencia es indudable. Y «Al final del túnel» significa eso, algo que está viviendo la sociedad vasca.
En la película aparecen voces a las que se ha silenciado desde los medios de comunicación españoles. ¿Pretenden aportar una vía a la reconciliación?
E.Q: Sería bueno que se diesen pasos en ese sentido. De hecho, va a ocurrir. Aunque no sé en cuánto tiempo. Hay algunos, como Sabino Ayestarán, que piensan que será un proceso muy largo y otros que lo ven mucho más inmediato. Yo no lo sé. No me pongo al lado de uno ni de otro. Reflejo lo que pasa a mi alrededor. Debe de haber un reconocimiento de que se han cometido barbaridades de un lado y de otro. Por un lado más, pero por otro también barbaridades.
E.O: La cinta puede suponer un acercamiento a una posible reconciliación que tardará en llegar porque hay muchas heridas abiertas y mucho sufrimiento por todos los lados. Va a ser complicado. La película trata de aportar algo positivo al momento en el que estamos viviendo y esperamos que también genere un debate.
En el Estado español se ha impuesto la lógica de «vencedores y vencidos».
E.O: Creo que hay que hablar del fin de la lucha armada, pero no considero que haya que buscar vencedores y vencidos. Lo que hay que hacer es acabar con la violencia. Sé que para cierta parte de la sociedad va a ser muy duro. Para quienes no la hemos padecido directamente, quizás sea más fácil. Pero esto forma parte de todos los procesos históricos. Habrá que cerrar algún día.
En su película se reflejan todos los ámbitos de la violencia. La de ETA, por una parte, pero también la de GAL, con víctimas como Edurne Brouard.
E.O: Claro, porque esta violencia ha existido, y habrá que reconocer que ha estado ahí. He intentado reflejar las dos violencias.
Otras películas como «La pelota vasca» fueron perseguidas por organizaciones como la AVT. El diario «La Razón» ya ha cargado contra la cinta. ¿Temen ser vetados?
E.Q. No. He hecho otras películas anteriormente... La evolución ha sido indudable. Y eso es lo que refleja esta trilogía. Espero que se vea en España.
E.O. Es parte de la realidad. Todo el mundo debería de tener la posibilidad de decir lo que considere oportuno.
Cristina Sagarzazu, viuda del ertzaina Montxo Doral, hace referencia a que no se «utilice» el dolor y llama la atención sobre los debates pendientes en la sociedad vasca. ¿El final del túnel habla solo de la lucha armada de ETA o cree que también habrá que dialogar sobre las cuestiones políticas?
E.Q. Todavía quedan por debatir cuestiones políticas. Pero el procedimiento es completamente distinto. Si no hay armas, habrá que normalizar las cosas. Es justo que se plantee la cuestión de la independencia si hay un número suficiente de personas que la apoyan. Me parece correcto. Siempre que no sea a través de las armas. También debe de haber una defensa normal de aquellos que quieren seguir perteneciendo a un conjunto que se llama España. Que sea sin armas, tanto unos como los otros.
E.O: Ese debate se hará. Pero se hará sin armas. Será la sociedad la que refleje lo que quiere.
«Sería bueno que se diesen pasos. Es algo que va a ocurrir. Aunque no sé en cuanto tiempo. Algunos ven un proceso muy largo y otros, mucho más inmediato»