La 47ª edición de la Behobia resultó la más numerosa, pero también una de las más veraniegas tras precedentes fríos y lluviosos. La meteorología de sol y calor dejó satisfecha a la multitudinaria afición apostada a lo largo del recorrido -se habló de 60.000 personas- pero endureció esos 20 kilómetros entre el barrio irundarra y el Boulevard donostiarra para la mayoría de esos populares a quienes no les van las altas temperaturas y menos un viento molesto e incluso temerario dependiendo del lugar y el momento.

A nivel deportivo Etiopía volvió a ser protagonista, aunque esta vez para enorme alegría de los componentes de la Fundación Etiopía-Utopía recogiendo los trofeos-farolas, flores y txapelas por dos dobletes en categoría masculina y femenina y con Trihas Gebre Aunoon batiendo el récord de la prueba.

La fabulosa atleta africana firmó la nueva plusmarca de la carrera con un registro de 1.08:07 y una exhibición memorable puesto que durante los dos últimos kilómetros llegó a vomitar hasta en cinco ocasiones.

Aunoon corrió los primeros 5 kilómetros en 16:18, al 10 llegó en 33:52 y al 15 en 50:54. La atleta de Wukro está aquí para quedarse. Convertida en pareja de hecho de un donostiarra de la Fundación, capaz de adelantar a más de 19.652 participantes -16.589 de los cuales eran hombres- entró en el puesto 23 y está aquí para quedarse y ejercer de profesional. Pese a ser la actual campeona del maratón donostiarra, el 10.000 es lo suyo.

Ayer tuvo que doblar esta distancia y pese a los problemas que atravesó le sacó 5 minutos a su joven compatriota Hiwet Kahasu Mahari de 19 años. Al tercer peldaño del podio se subió la hondarribiarra Claudia Behobide, que además se llevó el trofeo María Luisa Irizar, premio a la primera guipuzcoana.

Abrha Milaw Asefa fue a nivel individual el otro gran protagonista en su debut, cumpliendo el papel de favorito desde el primer metro, aunque al final casi se desvía por la calle Legazpi, según él siguiendo a la moto.

Una docena de corredores tomaron la delantera desde el principio con el trío africano, los vascos Asier Cuevas y Jon Arozena, los catalanes Marc Roig y Jaume Leiva y el leonés Alejandro Martínez ejerciendo de destacados. Hacia el kilómetro 6, Assefa les dijo adiós.

Fue el primero en pasar por el temido Gaintxurizketa, aunque antes de Lezo fuera alcanzado por Tesfay y Alejandro Martínez. Descartado el tercer etíope, Maru Gerezihir Gidey, que acusó problemas físicos para hundirse en la decimosegunda posición, se chafó el pleno africano.

Con el Puerto más animado que nunca, el trío seguía su camino, aunque una vez en el alto de Miracruz Asefa se despidió de verdad. A 14 segundos llegó su compatriota Tesfay, mientras Alejandro Martínez terminó subido al tercer cajón del podio.

El duro asfalto

Integrado en el Police Club, aunque no es policía, este atleta de Mekele acusó la alta temperatura, los toboganes y el asfalto, superficie sobre la que ellos sólo entrenan dos veces a la semana y terminó encantado con el «venga, venga». Curiosamente el calor que afectó a los etíopes sentó de maravilla a los dos mejores vascos. Tanto Behobide como Arozena funcionaron a la perfección en esos 21º a la sombra que aumentaban bajo el sol. Arozena, quinto en la general, se llevó a casa su tercer Trofeo Diego García como mejor guipuzcoano. El irundarra, de 43 años, fue retirado en camilla nada más cruzar la meta pero se recuperó al instante. «Deberían de hacer un estudio de la influencia de los espectadores y animadores en la marca». El firmó registro personal y privó a Asier Cuevas de su segundo Diego.

El eibartarra tuvo un final accidentado puesto que una anciana se cruzó en su camino llegando a meta. Quizás no ha acabado de recuperarse del esfuerzo invertido en lograr su reciente título en el Campeonato de España de 100 kilómetros. Fue sincero: «No hubiera alcanzado a Arozena»

Los otros campeones

La carrera tuvo otros ganadores como el gran Joel Jeannot, campeón paralímpico y mundial, que estrenó la categoría de handbike. El fránces es un viejo conocido de la carrera y mantiene el récord en silla de ruedas. Jeannot ha cambiado de vehículo pero no de técnica. Entró con un magnífico 35:27, superando a la primera silla que había salido diez minutos antes conducida por Alberto Baptista, un portugués de Oporto y habitual en la carrera. El donostiarra Nicolás Alonso, profesor de la Facultad de Derecho, fue el primero de los 142 participantes sobre patines. Las disciplinas sobre ruedas volaron en suelo seco.

De los 23.016 inscritos para la prueba reina, finalmente 19.877 tomaron la salida en Behobia y llegaron a meta 19.675. El calor hizo estragos puesto que el índice de retirados en la popular vasca normalmente es mínimo y desde luego pocas veces alcanza los 202 de ayer. Aún así, 2.500 personas más que en 2010 cumplieron su propósito.

La mayoría de ellos, además, pudieron asistir en la salida al homenaje a César Elordui, el atleta fallecido el pasado año cuando estaba a punto de terminar. Su imagen y su canción favorita, una de Queens, pusieron la nota emotiva antes de iniciar las 17 salidas que se desarrollaron con normalidad con una única nota discordante, la quema de tres urinarios portátiles que la organización atribuyó a «algún borracho». Previamente, el variado equipo de djs ya se había encargado de despertar a medio Donostia, Irun, Pasaia...

Con las aceras como nunca, un detalle que no pasó desapercibido para experimentados como el burgalés José Ramón Torres, con 24 Behobias en sus piernas, el recorrido resultó luminoso y muy audiovisual. Despliegue de megafonía, música y pantallas gigantes para contentar al personal variopinto. Un Anonimus se paseó con una televisión de cartón por esa meta repleta mostrando diferentes esloganes del estilo de «No hay pan para tanto txorizo».

Un grupo de catalanes, vestidos como los pioneros de los años 20, ejercieron de comediantes y atletas, corriendo, posando y en autobús. Fue su manera de felicitar al Fortuna por su centenario y por organizar una carrera que adoran. «Ha sido un privilegio», dijeron.