Gloria LATASA gloriameteo@hotmail.com
Ver para creer
El efecto Foëhn es una disimetría que da lugar a un tiempo fresco y húmedo en una vertiente y más cálido y seco en la otra
Ruge el viento en Donostia cuando el sábado 12 de noviembre nos dirigimos a hacer una caminata por la Sierra de Urbasa. Los casi 20º C que marcan los termómetros de la ciudad han invitado a algunas personas a dejar peso en casa y no meter en sus mochilas un chubasquero, unos guantes, un gorro de invierno.
En poco más de una hora cruzamos el túnel de Lizarraga. En todo momento nos ha acompañado el viento. La temperatura, que en la Sakana era de 14º C, ahora se acerca a los 11º C. Las nubes andan cerca. Unas nubes que desde abajo ya se veían como si estuvieran agarradas a las cimas.
Empezamos a andar olvidando el calor que hacía en la ciudad. Poco a poco las nubes comienzan a envolvernos y perdemos visibilidad. Aun así, entre la niebla, resulta agradable caminar. Sin embargo, cuando salimos a zonas expuestas el viento se acelera y medimos rachas cercanas a los 50 k/h.
A esa velocidad el viento te empuja y te enfría. El empujón es aún soportable, pero lasensación térmica está en las antípodas de los 20º C de esta mañana. Cruzando los valores de temperatura y velocidad del viento, nuestro cuerpo está soportando una sensación de en torno a 0º C y, en algunos momentos, incluso algo menos. Ah, esos chubasqueros, esos guantes, esos gorros de invierno…
La excursión continúa y llega el momento de cruzar un portillo que nos dirige hacia el norte. Las nubes se deshilachan y desaparecen. ¡Por fin vemos el despejado y soleado fondo del valle! Perdemos altura por un precioso hayedo, mientras la temperatura aumenta y estamos al abrigo del viento.
Ha sido una clase práctica de lo que es el efecto Foëhn. Una disimetría que da lugar a un tiempo fresco y húmedo en una vertiente (Tierra Estella y la propia cima de Urbasa) y más cálido y seco en la otra (Sakana). Sólo por llegar aire del sur que se encuentra con una montaña y se ve obligado a atravesarla.
El fenómeno suele continuar (el aire sigue atravesando más montañas) hasta la costa cantábrica, donde las temperaturas en estos casos suelen ser las más altas. Por eso, a la tarde, nos encontramos con 23º C en Donostia, después de haber pasado frío en algunos tramos de nuestra caminata. ¡Ver para creer!