Crisis de la deuda soberana en la Zona Euro
El récord de la prima de riesgo coloca al Estado español al borde del rescate
Los poderes financieros no esperan a las elecciones legislativas del domingo en el Estado español y acentuaron ayer su presión imponiendo un interés récord para financiarlo, el 7%. Sólo la intervención del BCE comprando bonos consiguió calmar la presión. El probable próximo presidente del Ejecutivo español, Mariano Rajoy, trata de tranquilizar a los mercados y adelanta ya recortes drásticos «en todo menos en pensiones».
GARA | MADRID
El Estado español tuvo que pagar ayer un interés del 7,088 % en una emisión de obligaciones a diez años, su nivel más alto desde 1997 y superior al negociado en el mercado secundario, que no llegaba al 6,7 %. La rentabilidad de la emisión alcanzó su nivel más alto desde la creación de la zona euro y sólo por debajo de la que, en 1997, colocó obligaciones al 7,26 %.
En la subasta, adjudicó un total de 3.562 millones de euros al 7,088 %, lo que enciende las alarmas del rescate. En la última operación similar, el 20 de octubre, el porcentaje sólo fue del 5,433%. La demanda de deuda española sobrepasó los 5.500 millones. Este aumento del coste de la financiación, efecto del contagio de la deuda griega e italiana, elevó la prima de riesgo española -la diferencia con lo que debe pagar Alemania por su deuda-, hasta los 499,6 puntos, un nivel susceptible de someterse a un rescate como el sufrido por Grecia o Irlanda. Sólo la intervención del BCE consiguió relajar la presión de los mercados y reducir esa diferencia.
Pero la ministra de Economía, Elena Salgado, rechazó la posibilidad del rescate y denunció «ataques» contra la deuda soberana española y de los países del euro. El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, exigió una «respuesta inmediata» de Europa frente a las turbulencias: «lo que queremos no es que uno, dos o tres gobiernos den las órdenes, sino que lo haga Europa». Salgado y Zapatero esperan que Berlín deje de lado sus reticencias para que el BCE intervenga para poner freno a la crisis. Ayer la compra de deuda española por parte del BCE permitió atenuar la presión. La rentabilidad del bono español cerró al 6,49 %, por encima del 6,41 % del miércoles. En el resto de Europa también se produjo un relajamiento. En el Estado francés, la prima de riesgo se colocó en los 174 puntos, pese a que durante la sesión superó los 200 puntos básicos con un interés del 3,595%.
Merkel, inflexible
El Tesoro francés logró colocar entre los inversores un total de 9.700 millones de euros en las emisiones de obligaciones a corto, medio y largo plazo, aunque en todos los casos a mayor interés que la anterior emisión. En Italia, la prima se colocó en los 495 puntos, por debajo de los 519 puntos del miércoles, mientras que la rentabilidad del bono volvía a situarse por debajo del 7 %, en el 6,84%. En Grecia, la prima de riesgo alcanzó los 2.701 puntos básicos, frente a los 2.684 del miércoles. La intervención del BCE, por la que apuesta el Gobierno francés, es rechazada de plano por Berlín. La canciller alemana, Angela Merkel, se volvió a mostrar inflexible al reiterar que no es favorable a que se amplíen las competencias del BCE para atajar la crisis de la deuda soberana. «Los que creen que el BCE puede resolver como prestamista de última instancia las debilidades de la eurozona plantean algo que no puede funcionar», afirmó Merkel. La jefa del Ejecutivo alemán añadió que la crisis de la Unión Económica y Monetaria sólo puede resolverse con un sólido liderazgo político, de cambios en los acuerdos comunitarios, y no a través de la «ilimitada acción de bombero» del BCE.
La desconfianza de los mercados ha tumbado los gobiernos en Grecia e Italia para colocar a tecnócratas que apliquen las medidas que desean. Pero en el Estado español habrá un gobierno en funciones en las próximas semanas y el nuevo Ejecutivo no podrá tomar medidas hasta enero. Por ello, el probable nuevo presidente, Mariano Rajoy, ha tenido que calmar a los mercados, que no esperarán tanto ni les es suficiente con un cambio de Gobierno.
Así, frente a su habitual indefinición sobre las reformas, ha comenzado a adelantar pistas. «Habrá que hacer recortes en todo» salvo en las pensiones, para cumplir con la reducción del déficit, ha advertido en una entrevista en el diario «El País», en la que también sostiene que «la Ley de Dependencia hoy no es viable». «Todo el mundo debe saber que para mi gobierno, la prioridad será cumplir los compromisos de España con Bruselas» (4,4% de déficit en 2012), reconoce. El programa del PP recoge un «plan de austeridad que implicará a todas las administraciones». La Comisión Europea también le pide más recortes. Ayer demandó al gobierno que salga de las próximas elecciones una política económica «creíble» y que esté dispuesto a tomar «medidas adicionales» de ajuste. Según el portavoz comunitario de Asuntos Económicos, Amadeu Altafaj, «la confianza también se genera con la capacidad de tomar medidas adicionales si son necesarias para alcanzar los objetivos». Esas medidas extra podrían ser ajustes fiscales, «pero también reformas económicas que pueden aumentar el potencial de crecimiento en un contexto de menor actividad económica en toda la zona euro», añadió. Según Altafaj, la credibilidad del Estado español pasa por «alcanzar las metas aceptadas ante los socios europeos, sea cual sea el gobierno que salga de las urnas».
El ministro finlandés de Asuntos Europeos, Alex Stubb, ha propuesto una eurozona a dos velocidades en la que los países con máxima calificación de solvencia ocupen el núcleo, mientras que el resto pierdan peso en la toma de decisiones.
El Instituto Internacional de Finanzas, que agrupa a los bancos acreedores de Grecia, manifestó su disposición a participar en la condonación de la deuda de Grecia pero no prevé una solución rápida. Anunció la creación de un comité para sondear posibilidades.
Las consecuencias de la crisis podrán rebotar y volver a su origen ya que la situación de la zona euro podría dañar a los bancos estadounidenses, según un estudio de la agencia Fitch. Hace un año que los bancos de EEUU vienen disminuyendo su exposición vendiendo bonos del Tesoro de los países europeos más débiles. En el tercer trimestre su exposición se situaba en unos 50.000 millones de dólares, el 0,5 % del total de sus activos. En cualquier caso, están expuestos a los principales estados y bancos de la UE, sobre todo los franceses, «lo que podría costarles caro si la confianza en la zona del euro continúa disminuyendo», añade al agencia. «Los bancos americanos podrían estar fuertemente afectados si el contagio se extiende más allá de los mercados bajo presión», como Grecia, Irlanda, Portugal y el Estado español, continúa. Fitch pone énfasis en los riesgos que representa el Estado francés, donde los bancos están debilitados a su vez por su exposición a la zona euro y donde el Gobierno recorta gastos para no hacer frente a una rebaja de su calificación por parte de las agencias de riesgo, con la que ya amagaron en un supuesto «error».
Fitch precisó que los cinco principales bancos de EEUU contaban al final del segundo trimestre con casi 188.000 millones de dólares de exposición a la deuda francesa, de ellos 114.000 a los bancos franceses. La exposición de estos bancos en Gran Bretaña se eleva a 225.000 millones de dólares, de los que 51.000 millones corresponde a los bancos. Por el momento, Fitch mantienen estables sus notas para los bancos estadounidenses, pero matiza que los riesgos de un impacto negativo aumentan y podrían cambiar esta calificación. GARA
La Comisión Europea calcula que en Grecia hay 60.000 millones de euros en impuestos sin pagar. Elaborará un plan de acción con Atenas para aumentar la recaudación, aunque a corto plazo sólo espera conseguir entre 6.000 y 8.000 millones.