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El Gobierno egipcio presenta su renuncia tras tres días de represión

El Gobierno egipcio ha dimitido tras tres días de represión que han dejado al menos 24 personas muertas en las protestas para exigir que el Ejército ceda el poder a un Ejecutivo civil. La plaza Tahrir de El Cairo vuelve a ser el epicentro de las manifestaciones y de escenas similares al levantamiento que derrocó a Hosni Mubarak, pero que ahora rechaza el control de los militares sobre las reformas.

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GARA | EL CAIRO

«El Gobierno asume su responsabilidad política, expresa su lamento por estos sucesos dolorosos y, partiendo de este sentimiento, presentó ayer su dimisión y lo puso a disposición del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas», señaló el comunicado del Ejecutivo egipcio que anunció su renuncia.

Los militares egipcios intentan acallar las protestas que reclaman el traspaso de poder a manos civiles de la misma forma y en el mismo escenario que bajo el régimen del derrocado Hosni Mubarak.

Cientos de manifestantes llevan tres días enfrentándose a la policía en la plaza de Tahrir de El Cairo y los alrededores. Tiroteados o asfixiados por los gases lacrimógenos, al menos 24 personas han fallecido y más de mil han resultado heridas desde el sábado.

Como consecuencia de la represión, el Gobierno nombrado por el Consejo Superior de las Fuerzas Armadas (CSFA) presentó su dimisión, según confirmó su portavoz Mohamed Hijazi.

No obstante, el Ejecutivo que dirige Essam Charaf «continuará cumpliendo todas sus misiones» hasta que la dimisión sea aceptada por el CSFA.

Los militares, por su parte, se limitaron a convocar a los partidos políticos a una reunión urgente sin confirmar si aceptan la dimisión, aunque en medios políticos egipcios se daba por hecho que sólo esperaba a contar con un Ejecutivo sustituto.

El ministro de Cultura, Emad Abou Ghazi, ya se había adelantado y fue el primero en dimitir el domingo como protesta por la represión.

Los movimientos que promovieron el levantamiento contra Mubarak -la Coalición de jóvenes de la revolución y el Movimiento 6 de abril- han convocado para hoy una manifestación masiva para reclamar el fin del poder militar, la formación de un «Ejecutivo de salvación nacional» y la celebración de elecciones antes de abril de 2012.

Ayer siguieron los enfrentamientos en la plaza Tahrir y la Policía lanzó gases lacrimógenos y balas de goma a los manifestantes que, repartidos en pequeños grupos, contestaban con piedras. Los choques más duros se vivieron en torno al Ministerio del Interior, objetivo de la ira de los manifestantes y fuertemente custodiado por la Policía. «El pueblo quiere la ejecución del mariscal» gritaban los manifestantes en referencia a Hussein Tantaui, que dirige el CSFA y el país.

Varios médicos confirmaron haber atendido a numerosos heridos por balas reales.

El responsable de seguridad en el Ministerio egipcio del Interior, Sami Sidhom, dijo que quienes alimentan los disturbios «no son los activistas sino los `baltaguiya' (matones)», pero el activista Mahmud Afifi, del Movimiento 6 de Abril, dijo a Efe que «no hay infiltrados entre nosotros. ¿Cómo puede distinguir el Ministerio del Interior entre un infiltrado y un activista? Sus balas tampoco distinguen...».

El domingo las manifestaciones se repitieron en las localidades de el Arich, Suez Ismalia, y Alejandría. El Ejército se aferra al poder y sólo accede a entregarlo a manos civiles tras las elecciones presidenciales para las que no ha puesto fecha. Así las cosas, aumenta el temor a que intente retrasar las legislativas previstas para este fin de semana, aunque los militares dijeron que respetarán el calendario previsto.

En un intento por mitigar las protestas, la Junta Militar publicó ayer un decreto que impide concurrir a exmiembros del disuelto Partido Nacional Democrático (PND) de Mubarak en las próximas elecciones, una de las principales reivindicaciones de activistas y grupos políticos, pero que no había sido aprobada hasta la fecha.

Hospitales de campaña entre balas y gases tóxicos

En medio del caos de disparos y gases en la plaza Tahrir, se han levantado nuevas tiendas después de que el domingo la Policía irrumpiera en la zona para quemar las que había, y se han instalado hospitales de campaña, que se han convertido en un ir y venir continuo de personas que presentan desde síntomas de asfixia hasta heridas por balas y balines, según explicó a Efe el médico Mohamed Reda. El gas lacrimógeno empleado por el Ejército y la Policía egipcios para disolver las manifestaciones, gas CR, podría causar graves daños en los pulmones y daños menos severos en el corazón y en los riñones, además de abortos, según se desprende de los análisis realizados de varios botes de esta sustancia por el portal de noticias árabes Bikyamasr.com, que recoge datos previamente difundidos por el Centro de Promoción de la Salud y de Medicina Preventiva del Ejército de Estados Unidos La inhalación de esta sustancia en elevadas dosis ha provocado el aumento de los niveles de cianuro de las personas que lo han inhalado. Por otro lado, un vídeo publicado en Internet por activistas muestra a un oficial de Policía recibiendo las felicitaciones de sus compañeros uniformados tras haber conseguido alcanzar y derribar con un disparo de su fusil a uno de los manifestantes.

En este sentido, Amnistía Internacional ha hecho balance de los diez meses transcurridos desde el arranque de la revolución en Egipto y ha denunciado que la junta militar ha «aplastado» a la población mediante una violencia equivalente a la que utilizó en su día el régimen de Hosni Mubarak. GARA

«contención»

La Liga Árabe pidió a los actores políticos calma y trabajar por el cambio democrático. EEUU apeló a todas las partes a la «contención», y la jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, opinó que la ley y el orden deben asegurarse «respetando los derechos humanos».

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