Mikel Jauregi Periodista
Del doble rasero y del «humogg» del cambio
Hay cosas que, por mucho que se repitan y aun siendo perfectamente consciente de cómo se las gasta el personal, llevan a un servidor derechito a la mala hostia. Vayamos por partes:
Capítulo 1: Hace una semana, la Audiencia Nacional condenaba a dos ciudadanos vascos a 18 años de cárcel por el «intento de asesinato», en 2002, de Marisa Guerrero, ex delegada de Antena3 en la CAV. Hasta ahí, todo normal. A las pocas horas, la Asociación Vasca de Periodistas (¿?) mostraba su satisfacción porque los hechos no habían quedado «impunes» y afirmaba que «el intento de asesinato de Marisa Guerrero, los atentados que costaron la vida a profesionales como José María Portell (1978), José Luis López de la Calle (2000) y Santiago Oleaga (2001), y cuantos causaron heridos o fueron fallidos, unidos a los innumerables periodistas amenazados por ETA, constituyen no sólo un ataque directo a los derechos humanos, sino también a la libertad de prensa, una de las bases sobre las que sustenta la democracia». Oigan, ¿les suenan los nombres de Xabier Galdeano y Josu Muguruza? ¿O las víctimas de las balas mercenarias no cuentan? De cierres de medios y detenciones y encarcelamientos de periodistas ni hablamos, claro. Como eso del «relato» sea algo así...
Capítulo 2: Doble rasero también el de la Liga de Empresas de Pelota a Mano. ¿Cómo se entiende que un reglamento se aplique de forma tan distinta? ¿Cómo se explica que, en el margen de unos meses, a un pelotari -Barriola- le denieguen el aplazamiento solicitado para poder jugar una final y a otro -Olaizola II- le concedan incluso dos? Cada vez estoy más convencido de que sólo el menor de los de Goizueta y Martínez de Irujo -por supuesto, ni uno ni otro tienen la culpa- reciben el mimo empresarial que merece todo el cuadro... y también los pelotazales.
Capítulo 3: Me lo habían contado, y el lunes quise vegglo con mis pggopios ojos. Jodegg, entgge la peluquera boggoka del Goieggi, el alcalde pggo-ggeferéndum y el eggtzaina de la egge de los cojones me agaggé un ggebote del copón. «Cambio ggadical», le han añadido al nombgge de «Vaya semanita». Yo sí pggopongo un cambio ggadical: ggecoggtes, pero ya.