La apuesta vasca por la paz contrasta con el inmovilismo que refleja el CIS
La presentación del informe de otoño del Observatorio de Lokarri refleja una imagen optimista sobre la consecución de la paz en Euskal Herria, que el 95% de los participantes considera cercana. El dato contrasta con la encuesta del CIS en la que domina la apuesta pesimista, represiva e inmovilista, salvo en Catalunya.
Iñaki IRIONDO | GASTEIZ
Que la opinión social sobre cómo gestionar el final de ETA y el proceso de paz y normalización democrática son muy diferentes en Euskal Herria y en el Estado español era conocido, pero ayer tuvo su plasmación en la presentación de dos estudios sociológicos que ofrecen datos absolutamente divergentes.
Por un lado, el informe de Otoño del Observatorio Social de Lokarri marca un alto grado de satisfacción (7,76 sobre 10) con la situación actual, y entre los factores negativos que rebajan la nota se encuentra la falta de receptividad del Estado a los movimientos realizados por ETA y la izquierda abertzale. Por contra, una encuesta del CIS revela una apuesta mayoritaria de la opinión pública española por el inmovilismo y el mantenimiento de la política penitenciaria y la ilegalización. Sin embargo, incluso ahí se observa que el electorado de CiU está en posiciones muy distintas a la de los partidos españoles y más próxima a los vascos, lo que invita a pensar que en Catalunya también hay un hecho diferencia en este ámbito.
El informe de Lokarri se basa en las 1.170 respuestas obtenidas al cuestionario repartido entre los integrantes del Observatorio Social. Cabe decir que, aunque la muestra es amplia, no responde a una encuesta entre toda la ciudadanía, sino a personas que ya muestran cierta predisposición a colaborar con Lokarri.
Pese a ello, es de destacar que el 95% de los participantes considera que ahora hay más posibilidades de conseguir la paz que hace un año. Además, el 80% sostiene que el Gobierno español debería iniciar ya contactos con ETA. Cabe llamar la atención sobre el hecho de que sólo un 3% cree que no hay que hacerlo, porque el 17% restante lo que piensa es que dichos contactos existen ya y deben salir a la luz pública.
Los españoles, en las antípodas
La encuesta del CIS demuestra que la mayoría de la opinión pública española está en las antípodas de la vasca. Por ejemplo, el 57% considera «poco o nada probable» el final definitivo de la actividad de ETA, y son mayoritarias las posiciones contrarias al diálogo, a la variación de la política penitenciaria y a la legalización de un partido de la izquierda abertzale, incluso tomando como premisa «la confirmación del total abandono» de las armas por parte de ETA.
Resulta llamativo que, aunque son mayoría quienes sintieron «alegría» o «esperanza» cuando ETA hizo su anuncio, hay un 11,2% que al conocer la noticia tuvo una primer sentimiento de «preocupación» o «irritación»; y un 14,1% los tuvo como segundo sentimiento.
Rajoy, problema y oportunidad
Quienes se declaran votantes del PP en las elecciones de 2008 (la encuesta es anterior al 20N) condicionan fuertemente el resultado de la apuesta general por el inmovilismo reflejada en la encuesta del CIS. Por ejemplo, a la pregunta de si «los gobiernos de España y Francia deben dialogar con ETA sobre el futuro de sus presos y militantes», los votantes del PSOE responden que sí en un 49,6%, los de IU en un 70,2%, los de CiU en un 68,6% y los del capítulo de «otros» en un 58,3%. Sin embargo, acaba ganando el no con un 46,3%, porque la opinión del electorado del PP es abrumadora (63,35) en ese sentido.
Algo similar ocurre con la cuestión del acercamiento de los presos a Euskal Herria. En la encuesta aparece como mayoritario el 42,4% de los que no están «nada de acuerdo» con esta medida, pero es una mayoría condicionada por el 61,2% de votantes del PP que se inclinan por el inmovilismo. Entre los del PSOE, por ejemplo, están empatados a 36% los favorables y los contrarios, con un 21% más que se declara «poco favorable» y que, por tanto, no se opondría al movimiento. Entre quienes se declaran votantes de IU, CiU y «otros» es mayoritaria la posición favorable al acercamiento.
Los datos demuestran que después de ocho años el PSOE no ha hecho pedagogía en favor de la resolución entre sus simpatizantes, pero que es el votante del PP quien está en posiciones más extremas. Esto supone un problema para que el futuro presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, dé los pasos que se le están pidiendo desde la mayoría socia vasca. Pero, a su vez, también puede ser entendido como una oportunidad, pues es el líder del PP quien tiene todo a favor para ir corrigiendo las posiciones de los suyos o, si fuera preciso, para imponer su autoridad.
La encuesta muestra también que el electorado de Convergència i Unió tiene un comportamiento marcadamente diferente a la media estatal, no sólo al apoyar un referéndum de autodeterminación para Euskal Herria (76,5%), sino también el acercamiento de los presos (60,8%). Este dato, junto a otros indicadores y encuestas anteriores, da a entender que Catalunya también tiene una singularidad en este terreno.
Las opiniones del electorado del PP escoran mucho la encuesta del CIS hacia las posiciones más intransigentes y represivas, a las que no son tan proclives los votantes del PSOE y mucho menos los de IU.
El presidente del EBB, Iñigo Urkullu, pidió ayer formalmente al próximo presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, que aborde de inmediato «la normalidad democrática, jurídica, política y penitenciaria». Le reclamó que pase de «los silencios» a mostrar «cuál es su voluntad y su disposición».
En el tema de la normalización, el líder del PNV demandó de Mariano Rajoy «movimientos» como el acercamiento de presos y un tratamiento «normalizado» para éstos, que debe comenzar por poner en libertad los que están enfermos. También le reclamó la legalización de Sortu. GARA