No es sólo porque se trata de un rival directo en la lucha por la permanencia, que también, sino porque el partido contra el Huesca -Municipal de Deportes, 21.00- tiene cierto aire a revancha para Anaitasuna, después de lo sucedido hace no tantos meses en la fase de ascenso.

Una rivalidad que ha ido in crescendo en los últimos tiempos y que le pone ese puntito añadido de pique deportivo a los dos puntos en juego. Si la escuadra de Aitor Etxaburu consigue superar a los oscenses -llevan cinco jornadas consecutivas perdiendo-, abriría una brecha de cuatro puntos y asestaría un golpe tremendo en la moral de un adversario que está peleando por el mismo objetivo.

El técnico eibartarra ha desplazado hasta Huesca a un total de 15 jugadores, toda vez que Ion Latorre parece recuperado de su esguince de tobillo, si bien no será hasta el último momento cuando decida cuál será su descarte de la lista.

«Tenemos muchas ganas de volver a comportarnos como lo hemos hecho toda la temporada y, para ello, debemos saber sortear esa defensa agresiva y profunda. También procurar finalizar las jugadas para no perder balones y evitar su rápido contraataque», señaló el preparador de la escuadra verde.

Esteban, baja segura

José Nolasco, entrenador del Huesca, cuenta con la baja segura del extremo Emilio Esteban -sufre una luxación de clavícula-, además de las dudas del lateral Carlos Grau y el extremo zurdo Javier Anzizu. El técnico de la escuadra oscense teme el lanzamiento exterior de Bernatonis y Borragán, así como al portero Matías Schulz, «que para bastante y eso les hace diferentes al año pasado».