Raimundo Fitero
Vuelta a casa
La serie «Aída», que emite Tele 5 debe ser estudiada con mucho detenimiento. Desde hace dos capítulos ha retornado a la misma Carmen Machi, la actriz que encarnaba al personaje que le da nombre y que ha estado unas temporadas en la cárcel, porque a la actriz se le había provocado ese cansancio sicológico que da el tener un éxito tan prolongado y compaginarlo con otras actividades profesionales, especialmente el cine y la televisión, aunque ella, como Punset, también investiga emociones haciendo unos anuncios de lácteos, que son una auténtica joya de la publicidad más hortera.
Pues bien, con el soporte de unos buenos guiones y un plantel de actores bien aprovechados en sus tramas, logró mantenerse con unas audiencias estupendas sin Carmen Machi, de tal manera que lo que normalmente sucede, que es que se desinfle la serie si le quitas a su aparente valor más importante, aquí no ha sucedido, lo que ha propiciado esta vuelta a casa de Machi y su personaje, saliendo del talego, y metiéndose de lleno en las vicisitudes de ese mundo tan reconocible que nos plantea la serie que es de las que más tiempo pertenece en pantalla y que, se debe recordar, parte de un personaje extraído de otra serie de mucho éxito: «7 vidas».
Conviene recordar esta trayectoria porque si bien a los guionistas solamente se les reconoce internamente, en ámbitos profesionales, no tienen por lo general reconocimiento público expreso, en este caso forman un grupo capaz de mantener unas buenas expectativas a base de sencillez, del uso de todos los recursos del género de comedia de situación, lo que le dota de una valor ejemplarizador. Al igual que mirar el reparto, de la anterior serie y de la actual. Son actores buenos, capaces de hacer muchos personajes, con proyección teatral y cinematográfica importante, que se emplean a fondo creando unos personajes a los que metabolizan perfectamente para dotarles de verosimilitud. Estos son los ingredientes de manal, pero muy pocas veces se logran combinar con este acierto. Con Carmen Machi, «Aída» se refuerza más, y seguirá alegrándonos las noches dominicales, a base de describirnos con ironía a un puñado de seres normales.