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CRíTICA cine

«Olentzero eta iratxoen jauntxoa» Mi tesoro

Mikel INSAUSTI

La cuarta entrega de “Olentzero”, única franquicias surgida de nuestro cine, es toda una grata sorpresa. Sin ser un conocedor o experto en esta saga, tengo la impresión de que ha evolucionado en la buena dirección, y que ya puede competir sin complejos con producciones foráneas en animación digital. Creo que la incorporación de Gorka Vázquez al proyecto resulta providencial, pues no se pueden hacer mejor las cosas cuando se debuta con un trabajo de encargo. Es de esperar que en su próxima aportación al género con “The Wish Fish” logre el reconocimiento internacional hacia el que ya apunta, visto lo visto. A veces se dice que tales o cuales cintas infantiles no son aptas para los adultos, una pura discriminación mental en la que no cae “Olentzero eta Iratxoen Jauntxoa”, que contiene la magia suficiente para atrapar a cualquier tipo de espectador, cinéfilos incluidos. Su planificación es cien por cien cinematográfica, aprovechando, como decía Spielberg a propósito de “Las aventuras de Tintín”, que no hay obstáculos físicos para el movimiento de la cámara dentro del universo de las imágenes generadas por ordenador.

Los planos cenitales del vuelo de Olentzero, transformado en un búho, son de una fantasía desbordante. El trabajo de iluminación es igual de creativo, así como los detalles de movimiento, especialmente divertidos en los pasos acompasados que da el alcalde, un personaje bajito y rechoncho. Es como una divertida coreografía, a lo que contribuye la espectacular banda sonora compuesta por Joserra Gutiérrez e interpretada por la Orquesta Sinfónica de Bulgaria. La inspiración de la partitura no abusa de los reconocibles temas populares, del mismo modo que la canción tradicional “Badator Olentzero” se deja para el final, y eso que dentro del argumento hay un concurso de villancicos escolar. La película está abierta a una iconografía universal, con un diseño de Iratxo que recuerda mucho al Gollum de Peter Jackson o los jubilados que parecen marionetas de Jim Henson.

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