La Casa de Juntas de Gernika acogió ayer el debate sobre las enmiendas a la totalidad presentadas al proyecto de norma foral de Presupuestos de Bizkaia, que asciende a 7.134 millones de euros, un 1,65% menos que en 2011, e incluye un endeudamiento neto de 20 millones.

El diputado de Hacienda, José María Iruarrizaga, que defendió el proyecto, explicó que se trata de un presupuesto «duro» de «ajuste», aunque aseguró que apuesta por el mantenimiento de los servicios públicos básicos en un momento de crisis económica.

Así, destacó que el Departamento de Acción Social contará con «más de 748 millones de euros» (un 0,5% más que en el pasado ejercicio y representa el 51,1 % de los 1.420,9 millones del presupuesto departamental) y que el Departamento de Obras Publicas tendrá «más de 330 millones de euros».

Insistió en que el objetivo es que la crisis «no afecte a los más desfavorecidos» y que por ello las cuentas del próximo año prevén destinar uno de cada dos euros a Acción Social.

Puntualización del PSE

El portavoz del PSE, Iñaki Egaña, aseguró que el incremento registrado en Acción Social «oculta» que se incluyen en este departamento dos direcciones que antes estaban en presidencia, así como una partida destinada a gastos de informática que según dijo, sospecha que se ha «hinchado» de forma artificial.

Egaña, quien demandó la necesidad de abordar un debate «sincero» sobre fiscalidad, denunció la poca intención mostrada por el PNV para llegar a un acuerdo con su formación y dijo que ve a los jelkides «excesivamente incómodos» con su acuerdo con el PP.

La portavoz de Bildu, Zuriñe Gaintza, aseguró que el proyecto presentado «no sirve para salir de la crisis», y planteó la necesidad de una reforma «integral» y «progresiva» de la política fiscal.

La coalición criticó que para la Diputación, parece que el debate fiscal «no procede nunca», tampoco en tiempos de bonanza, en los que «competían» con el PP en el «gratis total». Este grupo rechazó el «modelo» que ofrece la Diputación de Bizkaia en el actual contexto de crisis con apuestas por proyectos «demasiado grandes» y «tijeretazos» a la hora de atender las demandas sociales.

La coalición también puso de relieve el acuerdo entre «la derecha vasca y española» y denunció que durante las conversaciones previas el PNV les pidió una «abstención previa» para continuar hablando y les propusieron que si aceptaban «estarían dispuestos incluso a abstenerse en Gipuzkoa».

El PNV negó a través de su portavoz, Unai Rementeria, tales cuestiones y pidió a la coalición «responsabilidad» y «coherencia». Rementeria también negó que su partido se sienta «incómodo» con el acuerdo alcanzado con el PP y valoró el «sentido de la responsabilidad» mostrado por esta formación.

El portavoz jelkide denunció que el PSE reclamó «exclusividad» en la negociación presupuestaria, habló de «trabas insuperables» y opinó que tanto PSE como Bildu tenían tomada su decisión de no apoyar las cuentas antes de negociar. Finalmente, insistió en que tienen la «mano tendida» para llegar a acuerdos con el resto de partidos.

La portavoz del PP, Esther Martínez, aseguró que su partido ha contribuido a «mejorar» las cuentas sin «maximalismos ni exclusividades», y criticó la «rabieta» que, en su opinión, ha provocado en el PSE el acuerdo alcanzado con el PNV.