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Iluminar la navidad, un gasto a la baja del que algunos ya prescinden

Recortes en gastos y contaminación han acompañado el encendido del alumbrado navideño, una ornamentación para muchos crucial, por lo que supone de empujón a la actividad comercial, de la que algunos ya prescinden invirtiendo en imaginación.

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Nerea GOTI

Con la grandiosidad que caracteriza cada movimiento del Consistorio bilbaino, este año la Navidad no llega a la capital vizcaina porque «Bilbao es la capital de la Navidad». Ése es el eslogan que acompaña el programa de actos que rodea estas fechas, en el que la iluminación marca principio y fin de la oferta cultural, deportiva y de ocio, y acota perfectamente las avenidas comerciales. En Bilbo, las bombillas comenzaron a lucir el 1 de diciembre. Se encienden entre las 18.00 y las 22.00 de domingo a jueves, y una hora más, hasta las 23.00, los viernes, sábados y vísperas de festivos, de acuerdo a un plan de ahorro del 33% en el consumo energético. El coste se ha fijado en 70 euros por día, aunque habría que recordar que la Administración que dirige Iñaki Azkuna se gastó hace cinco años más de 800.000 euros en la adquisición de alumbrado de bajo consumo.

Las calles de Bilbo visten 498.480 leds de última generación, 25.000 metros de guirnaldas de microlámparas y 306 de motivos luminosos que cubrirían una extensión de 3.392 metros. Los comerciantes del Botxo también aportan una parte importante de la ornamentación lumínica en diferentes espacios de la ciudad.

La aportación del comercio

En Donostia, la ornamentación navideña ha llegado este año a más barrios. Lo hizo a principios de diciembre y llegó con nuevos motivos. Los tradicionales arcos luminosos han dado paso a nuevos sistemas y materiales menos contaminantes, que se acompañan de elementos de decoración del mobiliario urbano.

La ampliación de áreas iluminadas llega merced a la senda de colaboración emprendida por el Gobierno de Juan Karlos Izagirre con asociaciones de comerciantes de distintas zonas. El Ayuntamiento invierte 85.000 euros en un recurso que considera fundamental para impulsar la actividad económica, pese a su coste económico y ecológico, y el comercio ha respondido añadiendo luz navideña en otros puntos. En Alde Zaharra, por ejemplo, 99 establecimientos hosteleros, tiendas y bancos, entre otros negocios, aportan ornamentación complementaria.

En Iruñea, las tijeras también han pasado por el capítulo de la iluminación navideña. Hablan de una reducción de costes del 20%. Este año no se iluminan Conde de Rodezno, plaza del Castillo ni el teatro Gayarre, según el acuerdo establecido con la UTE Ilanor- Montajes Eléctricos Pamplona, aunque las autoridades afirman que las luces llegan a más calles y subrayan que se ha intentado que el recorte se note lo menos posible en las áreas comerciales.

Se conectó a la red el 25 de noviembre y mantendrá el mismo horario que la Navidades pasadas, entre las 17.45 y las 21.30, y hasta las 24.00 los festivos, con la salvedad de los días 15 y 31 de diciembre y 5 de enero, cuando permanecerá encendido hasta la 1.45. En total, 194 horas durante los 42 días de la campaña, uno más que el año pasado.

Transmiten «alegría y buenos deseos»

Gasteiz, la flamante European Green Capital 2012, introduce en este debate la influencia de las luces navideñas en la ciudadanía. El Gobierno de Javier Maroto quiere que sirvan para trasladar un mensaje de optimismo en un clima de pesimismo, animar a la ciudadanía a salir a la calle y estimular el consumo. En la página web municipal se afirma que «la Navidad es una época de encuentro entre las personas, para fortalecer las relaciones humanas y para compartir buenos momentos con la comunidad», y se agrega que «las zonas comerciales son espacios facilitadores de esos encuentros». Por ello, las luces que adornan Gasteiz, que ya han podido verse en capitales europeas como Londres o Lisboa, generan «espacios amables, agradables y evocadores, y transmiten alegría y buenos deseos».

También en este caso incorporan la tecnología LED para reducir gastos y emisiones de CO2, aunque el capítulo económico ha estado rodeado de controversia. Mientras el gabinete de Maroto calcula un coste total de 120.000 euros, el grupo municipal del PSE eleva el mismo a 170.000.

Al Ayuntamiento de Baiona, las luces navideñas le costarán 26.000 euros. Y eso que, según matizaron fuentes municipales a GARA, cada año modernizan los elementos de la iluminación para rebajar el consumo energético. Incorporan, por ejemplo, programadores que garantizan el apagado de las luces entre las 23.30 y las 6.30, para evitar las doce o trece horas de encendido.

Entre las novedades, el Consistorio destaca la ornamentación de la plaza Pasteur, la fuente Pilori, la zona de juegos infantiles de la plaza Marquisat, en San Izpiritu, o el árbol gigante de la plaza Askatasuna.

Como hacen las capitales, otros grandes municipios vascos otorgan al alumbrado navideño una especial significación, aunque intentando limar los costes. En Getxo, por ejemplo, han anunciado que este año se gastarán 100.000 euros en este concepto, la misma cantidad que el año pasado. Por segundo año consecutivo, el Ayuntamiento hace frente en solitario al costo en una iniciativa que tildan de «muestra de apoyo del equipo de gobierno al comercio local ante el grave período de crisis que vivimos».

En Barakaldo la crisis también hace mella en el espectáculo navideño. En medio de las críticas de los colectivos sociales a la partida que el Consistorio de Tontxu Rodríguez va a destinar a sufragar una etapa de la Vuelta a España, plantean «vestir sus mejores galas para recibir a la Navidad, sin que ello suponga un gasto público excesivo en el actual contexto de crisis económica». Por ello, entre los recortes en este capítulo, por cuarto año consecutivo, estas Navidades el gasto se reduce a la mitad y rondará los 35.164 euros, de los que 20.240 están destinados a iluminar calles y árboles, y 13.824 euros costará la instalación de adornos. «Nadie entendería que gastáramos ni un euro más mientras muchas familias pasan apuros económicos. En este momento hay otras prioridades», aseguraron desde el área de Urbanismo y Servicios Municipales, aunque no se pensó en eliminar unas luces, que son «una tradición y dan vistosidad».

En la vecina Portugalete la austeridad también se ha impuesto en materia de ornamentación luminosa. El ahorro económico es del 18,94% con respecto al ejercicio anterior y el coste total no llega a los 27.000 euros, además del ahorro energético gracias a la incorporación de la tecnología LED. Como en otros municipios, las luces llegan a más calles que el año pasado y la voluntad es «fomentar y promocionar» el comercio y la hostelería local. El Ayuntamiento añade un reconocimiento expreso a los operarios que han dedicado 315 horas durante 45 días a instalar la ornamentación.

Municipios más pequeños tampoco escapan a la decoración luminosa en estas fechas. Es el caso de Orozko, que también incide en el ahorro. Este año se evitarán 2.000 euros del apartado del montaje, «ya que se realizará con los recursos municipales, en vez de contratar a una empresa externa como se venía realizando hasta ahora», tal como precisa el primer edil, Josu San Pedro.

Hilos luminosos, estrellas y un árbol navideño son las figuras que adornan el Ayuntamiento, la Casa de Cultura y el Museo de Orozko, además de la plaza Zubiaur, que cuenta con otro árbol iluminado.

Coste cero, reciclaje e imaginación

Algunos municipios no han dudado en reducir el coste de la iluminación navideña a cero, prescindiendo totalmente de ella. Es el caso de Bermeo, en el que este año no habrá más iluminación especial que sendos letreros con la leyenda «Zorionak» en los accesos al casco urbano.

Tampoco en Arrasate habrá alumbrado con cargo a las arcas municipales, ni en Antzuola o Aulesti, donde la decisión no es nueva. La medida tampoco está exenta de controversia. En Arrasate, por ejemplo, el PNV reconoce que en estas fechas somos más consumistas, pero echa en falta esa iluminación que identifica con fechas de «fortalecimiento de la amistad y la solidaridad», así como con «el recuerdo de los que no pueden acompañarnos».

Otra de las iniciativas a destacar es la de Oñati, donde la ornamentación navideña se realiza a partir de objetos reciclados, como CD o botellas de plástico, cuya elaboración se ha dejado en manos de alumnos de Primaria y Secundaria, o en Gatzaga, donde tampoco hay partida para luces, pero la asociación de madres y padres impulsa que sean los más pequeños los que se encarguen este año de la decoración.

En esa línea, colectivos ecologistas vuelven a incidir en que el alumbrado navideño representa un «derroche insostenible con el único objetivo de fomentar el consumo». Para ilustrar esta reflexión, Ekologistak Martxan resaltaba recientemente que ya en 2007 el Instituto para la Diversificación y el Ahorro Energético (IDAE), un organismo dependiente del Ministerio español de Industria, calculaba que el alumbrado navideño consumía 30 millones de kilovatios-hora, lo que es equiparable al consumo energético de 50.000 hogares durante un año, con la consiguiente emisión de toneladas de CO2.

 

ABRIR MÁS HORAS

Impulsar la actividad comercial y hostelera es uno de los principales cometidos de la iluminación navideña, a la que algunos consistorios han sumado la ampliación de los horarios de cierre, como han hecho los de Bilbo, Getxo o Sestao, entre otros.

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