Eeste artículo tiene como objetivo el animar a la sociedad a actuar ya. Una gran parte de la sociedad no está nada satisfecha con la gestión que están haciendo los políticos navarros. ¿Cómo es posible que hayamos llegado a esta situación de desempleo?, ¿dónde está la riqueza y la prosperidad de la economía navarra?, ¿por qué cada vez pagamos más facturas y nos apretamos el cinturón los ciudadanos de a pie?, ¿por qué no suben los sueldos de los trabajadores y sí suben los sueldos de los gobernantes navarros? Mientras intentamos responder a estos interrogantes hemos asistido en los últimos meses a multitud de protestas sociales ante despidos, cierres de fábricas, privatizaciones en el Complejo Hospitalario, recortes en la UPNA, restricciones en el acceso a ayudas sociales, etc.

Fruto de este creciente malestar la impunidad de la clase política está tocada. Ante corrupciones, desviaciones de fondos públicos, privilegios, dietas y cesantías, la sociedad está empezando a decir basta ya ante tanto atropello.

El debate sobre la nula participación ciudadana en las decisiones políticas está servido. Las personas somos algo más que meros números que acuden a votar cada cuatro años, queremos que se nos tenga en cuenta y que se oiga nuestra voz en las instituciones. Y por ello nuestra protesta ante la futura aprobación de los presupuestos de 2012 tiene que ser sonada.

Nos acordamos todavía cómo en época electoral nos prometieron que iban a crear empleo con sus Planes Moderna, Plan Innova y Plan Navarra 2012, y hoy vemos con crudeza que nada de esto ha ocurrido. Hoy sabemos que en Navarra somos más de 45.000 las personas paradas y que los despidos y los EREs están a la orden del día.

Cuando Miguel Sanz y Álvaro Miranda nos decían que estaban viendo la luz al final del túnel, el resto de los ciudadanos vivíamos ajenos a su particular bola de cristal. Pero ellos, fieles a su discurso vacío, nos prometían y nos juraban que en Navarra no habría recortes. Todos los días seguían con la misma cantinela en periódicos, radios y televisiones locales hasta que el chicle ya no se pudo estirar más. Fue entonces cuando prepararon toda su artillería de recortes de derechos sociales básicos. Tijeretazo a la educación pública, la sanidad pública, la cultura, la administración y los servicios sociales. Nos quieren hacer creer que los recortes son inevitables y que no tienen otro remedio que hacerlos. Nos quieren vender sus continuos hachazos como sinónimo de nueva política de austeridad y realismo. Todo lo contrario, la subida de sueldos de Yolanda Barcina y sus consejeros no tiene nada de política de austeridad.

Como tampoco tienen nada de austero las actuales políticas fiscales, tan comprensivas con las rentas altas, o el hecho de destinar 134 millones para el TAV mientras en Navarra hay más de 7.000 familias que no tienen ingreso alguno.

Parece que siguen apostando por el hormigón y por satisfacer a determinadas elites empresariales y grandes constructoras, quienes encuentran en determinadas obras públicas un filón de oro para sus bolsillos.

Por el contrario, la sanidad pública está en sus horas más bajas. Listas de espera interminables, cierre de ambulatorios y centros de salud, falta de personal en sustituciones...etc. La educación pública cada vez ve mermada en mayor medida la calidad en la enseñanza. Aumento de horas para profesores y trabajadores y descenso en los sueldos. Por el contrario, la educación privada es premiada año tras año, en detrimento de la enseñanza pública. En cultura UPN y PSN se van a cargar la Escuela Navarra de Teatro y con ella todo el bagaje artístico, teatral y cultural de los últimos 25 años.

En cuanto al euskara, mejor ni hablamos. Ahogo, ensañamiento, abandono y desprecio es lo que están haciendo desde hace años con nuestra lengua. Los excluidos sociales cada vez tienen más trabas para acceder a las ayudas que les corresponden.

Desde las instituciones se les abre de par en par las puertas de la pobreza a mayor número de personas precarizadas. Podíamos seguir citando otros muchos ejemplos de su política presupuestaria: recortes en las ayudas a la dependencia, recortes a las ONGs, recortes en cooperación y desarrollo, recortes al Consejo de la Juventud...

Por ello y ante la próxima aprobación de los presupuestos de la vergüenza y la motosierra queremos mostrar nuestra apuesta por otros presupuestos sociales y participativos. Defendemos otra manera de hacer las cosas, que quienes más tienen aporten en función de sus ingresos; apostamos por la lucha contra el fraude fiscal y la desaparición de privilegios para los grandes bancos y grandes multinacionales; creemos en otro sistema donde se reparta el trabajo y la riqueza que generamos desde un prisma más acorde con las necesidades sociales.

Creemos que hay que fomentar políticas de creación de empleo digno, hay que fomentar el acceso a una vivienda digna y, por supuesto, la sanidad pública, la educación pública y el bienestar social de todos los ciudadanos es lo primero.

(*) También firman este artículo Javier Castejón Iriarte y Jesús Pérez Salvaterra