El mermado proyecto presupuestario del Ayuntamiento de Iruñea tiene como uno de sus principales proyectos la rehabilitación de la biblioteca de San Francisco, dotado con cerca de 870.000 euros. Se trata de un asunto polémico en la ciudad, sobre todo, a raíz de la desinformación sobre el futuro de los fondos y del propio edificio, que propició que plataformas vecinales reivindicaran la necesidad de una biblioteca de calidad para Alde Zaharra.

El Ayuntamiento anunció ayer que el proyecto para las obras de adecuación de la biblioteca se ha adjudicado ya a una empresa y que su intención es que comiencen a la mayor brevedad. De esta forma, confían en que el nuevo espacio esté ya terminado «a la altura del verano». Las obras están firmadas por arquitectos municipales y no afectarán a la estructura del edificio, aunque sí que contienen cambios sustanciales con respecto a la distribución anterior, derivadas en gran medida de la eliminación de espacio para albergar fondos de libros ya que el grueso de las posesiones se han trasladado a la nueva Biblioteca General de Nafarroa, en Mendebaldea. Se supone que, mediante el préstamo interbibliotecario, los usuarios de la biblioteca de San Francisco tendrán acceso también a esos fondos, bajo pedido.

Aun así, según expuso el concejal de Cultura, Fermín Alonso, la de San Francisco no será una biblioteca de barrio más, sino que está pensada como una «biblioteca de ciudad». Ésta ha sido una de las reivindicaciones fundamentales de los usuarios, que demandan que los fondos permanentes de la biblioteca enclavada en Alde Zaharra sean lo suficientemente dignos. No se apuntó ayer cuál sería el volumen de libros que se albergarán en San Francisco, aunque el concejal señaló que los depósitos «se irían llenando».

Los techos, bastante más altos

Además de eliminar barreras arquitectónicas, eliminando las escaleras para bajar a los baños, el espacio de la biblioteca estará distribuido en una sola planta, utilizándose los bajos únicamente como lugar para depósito de libros y para el funcionamiento interno. La entrada, por su parte, se mantiene en la plaza San Francisco y se seguirán utilizando los accesos de las calles Florencio Ansoleaga y Nueva como salidas de emergencia.

El cambio más llamativo estará en la eliminación del altillo donde se guardaban parte de los fondos de la biblioteca. El edificio La Agrícola, donde está instalada, se construyó como un hotel de lujo durante la primera década del siglo pasado. La biblioteca de Nafarroa se instaló en la entrada de dicho hotel que tenía techos muy altos y, por aprovechar el sitio, se instaló una segunda altura. Ahora, tras las obras, esa altura será eliminada, reapareciendo así el porte noble originario.

En total, el espacio público de la nueva biblioteca de San Francisco ocupará los 923 metros cuadrados de la planta baja, distribuyéndose en varios espacios. La sala de lectura para adultos ganará 187 metros cuadrados y se habilita una nueva de lectura infanto-juvenil de 187 metros. Asimismo, habrá dos salas de trabajo. Junto a la entrada principal se dispondrá de una zona de consulta de libros, hemeroteca, estudio, audiovisuales y de acceso a internet. En el presupuesto también está contemplado el nuevo mobiliario y el material informático para la consulta y el visionado de audiovisuales.

Por su parte, en el sótano habrá ocho salas para el depósito de libros y fondos documentales, vestuarios para el personal interno, y un espacio para la caldera. El Ayuntamiento asegura que el nuevo sistema calefactor mejorará la climatización y garantizará la estanqueidad de las salas de depósito de volúmenes.