Andrei Konchalovsky presume de que «El Cascanueces en 3D» es la producción independiente más cara de la historia en Europa. Pero el supuesto motivo de orgullo se ha vuelto en su contra, porque ya es imposible que recupere los noventa millones de dólares invertidos en su realización más ambiciosa desde los tiempos de «Siberiada».

El cineasta ruso, hermano de Nikita Mikhalkov, lleva demasiado tiempo refugiado en la televisión, una vez que su carrera en Hollywood vino a menos. Es como si «El cascanueces en 3D» fuera un proyecto demasiado grande para los medios que está acostumbrado a manejar en la pequeña pantalla.

Falla la parte musical, que no ha sabido resolver en lo referente al ballet de Tchaikovsky basado igualmente en el cuento de Hoffmann. Su ocurrencia ha sido ponerle letra a la música, para lo que ha contado con el oscarizado autor de canciones Tim Rice. Aún así las coreografías se quedan muy cortas, junto con el diseño fantástico de un universo paralelo ensombrecido por la estética nazi en clave retrofuturista.