El Departamento de Trabajo del Gobierno de Nafarroa aprobó ayer el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) de la empresa de construcción de grúas Comansa, que ha sido aceptado por la plantilla. El sindicato LAB, que desde el principio se ha mostrado contrario al expediente, no firmó el acuerdo, mientras un delegado de ELA y los cuatro de UGT dieron su visto bueno.

El 65% de la plantilla votó a favor del pacto alcanzado con la dirección de la empresa, que supone el despido de 16 trabajadores y una reducción salarial del 13,41%, entre otras cuestiones.

LAB decidió no apoyar el acuerdo ya que considera que «no recoge en absoluto los objetivos que defendíamos en la negociación del expediente», a lo que añadió que el contenido está lleno de «medidas regresivas».

La central explicó mediante un comunicado que al inicio de la negociación acordó que cualquier esfuerzo hecho por los trabajadores debía reducir el número de despidos a cero. Según LAB, «es obvio que ese objetivo, pese a la numerosas concesiones que se le han otorgado a la empresa, no se cumple» y añadió que muestra de ello es que 16 trabajadores van a ser despedidos.

Además, considera que el acuerdo «no establece garantías en el mantenimiento del empleo, por lo que no aclara las intenciones de la empresa a medio plazo».

Según LAB, el acuerdo «se ceba» especialmente con los trabajadores de nueva incorporación y puso como ejemplo ciertas medidas como la implantación de una doble escala salarial, el aumento de la jornada a 37 horas, la desaparición de la paga de marzo, la congelación de la antigüedad o la reducción de los salarios que situó en 4.500 euros menos aproximadamente en 2012.

Por todo ello, rechazó el acuerdo y criticó que «recoge fielmente las pretensiones de la empresa en cuanto a recorte de derechos y condiciones de trabajo, obteniendo con todo ello, un mayor beneficio».

Supervivencia de Inama

El Parlamento de Gasteiz apoyó ayer, a iniciativa de EA, una proposición no de ley que insta a la empresa Inama a reconsiderar su intención de cerrar la planta de Muxika (Bizkaia) y a mantener su actividad en esa localidad asegurando el empleo de sus 160 trabajadores.

La Cámara pide a tal fin a las instituciones, a la empresa y al comité que mantengan abiertas las interlocuciones «para garantizar entre todas las partes la supervivencia de la empresa y el mantenimiento de los puestos de trabajo».asegurando así el futuro de la comarca.