En el día más oscuro del año, Juan Sukilbide trae no solo pintura, también luz
Maider IANTZI | DONOSTIA
En su primera exposición individual en Donostia -la ciudad de su madre-, Juan Sukilbide (Iruñea, 1961) trae al centro cultural Okendo no solo pintura, también luz. Curiosamente, la inauguración tuvo lugar ayer, en el día más oscuro del año, en el comienzo del invierno. Los cuadros destacan por sus colores vivos, porque a este artista le gusta el color. «En mi estudio entra mucha luz y la retengo en forma de color», explicó.
Cuando supo que podría mostrar sus obras aquí, sin tener aún hecha la exposición, empezó a pensar en el sentido, en el título, y se quedó con «Línea sensible», porque en estos trabajos dominan las líneas. «Es la línea del pincel, de la mano, que no mantiene su grosor ni su tono. A veces son figuras, sencillas para identificarlas, como personas o animales. También aparecen rutas relacionadas con Donostia y la cercanía de la mar». Las líneas sensibles tienen que ver, por otra parte, con buscar, ya que cuando empieza el pintor no sabe lo que va a dibujar. Le deja a la mano que dibuje y busque por dónde desplazarse. Hay viajes, cambios, seres, cosas, atmósferas, escenas, sucesos... Un equilibrio entre la consciencia y la inconsciencia.
El pintor desasosegado
En esta muestra -que se puede visitar en Gros, en el centro cultural Okendo, hasta el 28 de enero- el pintor desasosegado «va de un punto a otro, confuso, curioso, anhelante la mayor parte del tiempo, investigando por dónde seguir». Juan Sukilbide recuerda lo que decía Picasso: «No buscar, sino descubrir».