Pese a los primeros llamamientos desde los sectores más ultramontanos de los republicanos a hacer frente común y presentar una sola candidatura contra Mitt Romney, nadie parece dispuesto a tirar la toalla.

Ninguno de los todavía candidatos ha decidido seguir el camino de la congresista por Minnesota y representante genuina del Tea Party Michele Bachmann, quien renunció a seguir en la carrera tras sus pobres resultados en Iowa.

Los contendientes en estas primarias republicanas ya están sobre el terreno en New Hampshire (nordeste). A su llegada a Manchester, el multimillonario y antiguo gobernador de Massachusetts, Mitt Romney, recibió un buen regalo bajo la forma del apoyo expreso del senador John McCain, quien perdió la contienda por la Casa Blanca hace cuatro años.

«Nuestro mensaje al presidente Barack Obama es este: puede seguir corriendo pero no puede ignorar su legado», señaló el veterano de la Guerra de Vietnam, quien acusó al presidente de EEUU de «destruir nuestra seguridad nacional».

El apoyo de McCain es una buena noticia para un Romney que logró una pírrica victoria (por ocho escasos votos) en los caucus de Iowa y que, lo que es peor, sigue sin poder superar su a todas luces insuficiente listón del 25% de votos, lo que evidencia que no despierta entusiasmo entre el electorado más extremo de los republicanos.

No falta, sin embargo, quien como el comentarista político Davoid Yepsen, destaca que, aunque sea a regañadientes, el Old Party «comienza a unirse en torno» al candidato del establishment republicano.

Encuestas favorables

Las encuestas auguran a este conservador «cerebral» y poco carismático un 40% de la intención de voto en las primarias en New Hampshir,e pero algunos estudios advierten de que un tercio de sus electores aún no habría tomado una decisión. Y mientras Romney multiplica sus apariciones en el sur del estado, sus rivales siguen dispuestos a plantar batalla.

Los resultados de Iowa han galvanizado a los seguidores del ultracatólico Rick Santorum, quien aspira a que Romney no se consolide el martes en el estado de la costa este y a plantar otra vez batalla en Carolina del Sur, donde el peso de la derecha religiosa es tanto o más importante que en Iowa.

Quien tampoco se apea del carro es Newt Gringich, quien defiende con uñas y dientes su candidatura presentándose como «un conservador a la Reagan» en comparación con un «hombre moderado de Massachusetts», en referencia crítica a Romney. También el ultraliberal Ron Paul y el gobernador de Texas, Rick Perry, siguen en carrera, lo que puede beneficiar a Romney en términos de dispersión de voto. Es un hecho que este último podrá vencer, pero tiene más difícil convencer.