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La «sombra» del palmarés de Zinemaldia sobrevuela sobre los nominados a los Goya

Después de unas bodas de plata que a punto estuvieron de acabar en divorcio, los Goya, cuyos finalistas se anuncian hoy, dan la bienvenida al nuevo presidente de la Academia, Enrique González Macho.

Mateo Sancho Cardiel-EFE | MADRID

Hace menos de un año, los premios Goya eran un terreno minado: Álex de la Iglesia dimitía como presidente justo antes de una gala que se vestía de largo en el Teatro Real de Madrid y en la que partía como favorito con su película «Balada triste de trompeta». Un marco tan majestuoso quedó reducido a una foto de pareja, la del cineasta bilbaino con la por entonces ministra de Cultura, Ángeles González Sinde, cuyas desavenencias acerca de la ley que llevaba el nombre de ésta última habían desatado la polémica.

Pero en esta XXVI edición de los premios más importantes del cine estatal las miradas están puestas estrictamente en lo cinematográfico. Los ambiciosos planes de utilizar el Palacio de los Deportes se quedaron, por motivos económicos, en el regreso a la sede más reiterada, el Palacio de Congresos de la Comunidad de Madrid.

El nuevo presidente de la Academia, Enrique González Macho, si bien ha tenido algún desliz, tiene un perfil más discreto que De la Iglesia (quien este año también está nominado por la recientemente estrenada «La chispa de la vida») y, además, Pedro Almodóvar ha reingresado este año como académico tras sus agrias disputas con la institución. «La piel que habito», precisamente, parte como una de las favoritas en el anuncio de candidaturas, si bien ha sido recibida con división de opiniones.

La otra que se quedó en la preselección de los Óscar fue «La voz dormida», la adaptación del texto de Dulce Chacón por parte de Benito Zambrano, que se llevó la Concha de Plata a la mejor actriz en Donostia, para la debutante María León. En el festival donostiarra también se vio la que probablemente ha recibido el aplauso más unánime de la crítica en 2011: la cinta de Enrique Urbizu «No habrá paz para los malvados», cine policíaco árido que tiene en José Coronado su principal bastión.

Sin embargo, la Concha de Oro recayó en «Los pasos dobles», de Isaki Lacuesta, cuyo corte minoritario perfila el filme como un candidato aún más arriesgado que el Jaime Rosales que venciera en los Goya con «La soledad».

Habitual, pero esta vez en el terreno de la dirección, es el cineasta navarro Montxo Armendáriz, que podría por fin llevarse el gato al agua con la dura «No tengas miedo», con la que la actriz Michelle Jenner suena a finalista.

Podría suceder también que, tras quedarse con la miel en los labios con «También la lluvia» y lidiar en la trifulca como vicepresidenta de la Academia el año pasado, Icíar Bollaín vuelva a estar en liza con «Katmandú: un espejo en el cielo», que se beneficia de la interpretación de Verónica Echegui.

El cine vasco, presente en todas las categorías

Junto a Montxo Armendariz y Enrique Urbizu, que son quienes más suenan en las quinielas, entre los nominados a los Goya de este año podemos encontrar a otros cineastas y películas vascas. Son títulos rodados en euskara, como «Bi anai», «Arriya», «Bertsolari» o «Urteberri on, amona!», que optan a entrar como finalistas a varias categorías, como la de Mejor Película, Mejor Director, Mejor Película Documental y en los apartados de interpretación (aparecen los nombres de Iban Garate, Gorka Otxoa, Begoña Maestre, Montserrat Carulla... y Kandido Uranga, en el apartado de Mejor Interpretación Masculina de Reparto por su trabajo en nada menos que tres películas: «Arriya», «Bi anai» y «Naufragio»). Se constatan, a su vez, varias curiosidades, como el hecho de que documentales como el histórico «778, la chanson de Roland»o la «inmersión» en el mundo del cocinero Andoni Luis Aduriz, en «Mugaritz BSO», hayan conseguido entrar en la lista en secciones como Mejor Película, o que en Mejor Actriz Revelación aparezca una veterana de la escena vasca como Kontxu Odriozola («Urteberri on, amona!»). «Olentzero eta iratxoen jauntxoa» compite también en apartados como Mejor Película o Mejor Película de Animación, y no faltan en las distintas nominaciones las referencias a otros títulos vascos como «Valeria descalza» o la comedia «Un mundo casi perfecto», de los hermanos Ibarretxe. En el de mejor música original aparecen músicos vascos como Javi P3Z («Urte berri on, amona!»), Pascal Gaigne (por dos trabajos, «Katmandú», de Icíar Bollain, y «Verbo»), junto a un nombre inevitable: Alberto Iglesias, quien posiblemente se lleve algún premio por la almodovariana «La piel que habito». El compositor donostiarra es una de las personas que más Goyas atesora en la historia del premio. A.E.

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