Mikel INSAUSTI

Llama la atención cuando crítica y público se ponen de acuerdo, que suele coincidir con las películas que gustan mucho o con las que, por el contrario, no gustan nada. Y es más, porque con “XP3D” la unanimidad a la hora de reconocer que es una película que provoca verdadero horror es general, claro que todos lo dicen con segundas. No seré yo la excepción, incluso matizaría que la película expresa los miedos colectivos, y me refiero al pánico exacerbado que todos le tenemos a las películas para adolescentes hechas con repartos televisivos de series antenatresianas como “Física y química”. La misma fórmula sucursalista aplicada comercialmente a “Fuga de cerebros” con respecto a la comedia gamberra yanqui, se traslada ahora al género terrorífico para hacer una mala copia de lo peor del “slasher” sangriento y del falso documental de temática paranormal, tomando respectivamente como obligadas referencias la saga “Saw” y “El Poyecto de la Bruja de Blair”. La promoción promete además sustos en sistema tridimensional, aunque el recurso, supuestamente pionero en el mercado interior, se queda en una mera anécdota.

En la sesión a la que me tocó asistir se oían muchas carcajadas pero ningún grito, con lo que a nadie parece engañar la publicidad de “XP3D” que habla de experimentar el miedo. El guión y la interpretaciones juveniles son ciertamente de risa, siendo los actores veteranos los que asumen toda la responsabilidad. Manuel de Blas en su caracterización del Doctor Matarga hace un esfuerzo por añadir otro nuevo rostro deformado a la saturada galería de asesinos del más allá, estrellándose contra los tópicos argumentales y el diseño reiterativo de las escenas de crímenes sádicos. Otro tanto cabe señalar de Miguel Ángel Jenner, que presta su voz de doblador a la figura del profesor de psiquiatría que anima a sus alumnos a investigar el lado oscuro de la razón. Por último, Eduard Farelo es el padre de las hermanas protagonistas que se enfrentan a los fantasmas de su infancia.