El primer juicio del «caso Palma Arena» comenzó ayer en medio de una gran expectación en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Baleares. En el banquillo de los acusados se sentaron el expresidente del Gobierno balear Jaume Matas, el periodista Antonio Alemany, el exjefe de prensa de Matas, Joan Martorell, su exjefa de gabinete, María Umbert, la exsecretaria general técnica de la conselleria de Relaciones Institucionales, Dulce Linares y el director de la agencia de comunicación Nimbus, Miquel Romero.

El exlíder del PP y exministro de Medio Ambiente será juzgado por los delitos de «malversación, fraude, falsedad en documento oficial, prevaricación y tráfico de influencias», por los que la Fiscalía Anticorrupción solicitó ocho años y medio de cárcel contra él, la misma pena que reclamó la Abogacía de la Comunidad Autónoma.

A su llegada a los juzgados, Matas fue recibido con abucheos. Medio centenar de personas colocaron pancartas en las que se leía «cinco millones de parados, devuelve lo robado al pueblo» o «a familias con hijos los echan de sus casas y tú de lujo con el dinero robado al pueblo».