El grupo automovilístico alemán Volkswagen, en el que se integran marcas como Audi, Seat y Skoda, anunció ayer en Berlín que ha batido su récord de ventas al colocar en 2011 en los mercados mundiales más de 8 millones de vehículos.

La multinacional cuenta con una planta importante en Landaben, en Iruñea, en donde esta mejora en las ventas y resultados no ha servido ni para reducir los despidos de eventuales ni para mejorar la seguridad y la salud en el trabajo, como ayer mismo denunció CGT. Son la cara y la cruz de la actividad de esta multinacional germana.

Según un comunicado difundido en Wolfsburg, el consorcio Volkswagen vendió el pasado año unos 8,2 millones de automóviles y cumplió así su objetivo de superar por primera vez en la historia la cota de los 8 millones. Es el segundo fabricante mundial tras General Motors y supera así en un millón de unidades sus ventas del año 2010. La multinacional mantiene como objetivo rebasar la cota de los 10 millones de automóviles vendidos para el año 2018.

Según reafirmó la compañía, entre sus metas prioritarias figura el mercado de Estados Unidos, donde el grupo Volkswagen vendió mas de 500.000 automóviles, un 23% mas que en 2010, cuando colocó en ese mercado unas 444.000 unidades.

El pasado 6 de enero, el grupo anunció que las ventas de la marca Volkswagen se incrementaron el pasado año un 13,1% con la venta de 5,1 millones de automóviles en todo el mundo, frente a los 4,5 millones de 2010.

Campaña sindical

CGT de Volkswagen de Nafarroa destacó ayer, por otro lado, que desde diciembre mantiene una campaña informativa dirigida al personal sanitario del Servicio Navarro de Salud-Osasunbidea y las inspecciones médicas del Instituto Navarro de Salud Laboral y de la Seguridad Social para informar de las irregularidades en que incurre la multinacional «con los trabajadores que han padecido o padecen patologías de la salud».

La central apunta «incumplimientos de la empresa de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales y el Reglamento Regulador de los Servicios de Prevención», dado que, según CGT, «vienen funcionando con una fraudulenta evaluación de los riesgos de los puestos de trabajo y dependencias, que han desacreditado en sendos informes desde el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo (INSHT) y el Instituto Navarro de Salud Laboral (INSL), que tiene como consecuencias -entre otras- la mala reubicación en puestos de trabajo a los afectados; el no reconocimiento del origen profesional de las enfermedades y el desvío de su tratamiento al sistema sanitario público, con un enorme cargo de costes económicos y de recursos; las permanentes recaídas en las enfermedades y, sobre todo, el continuo deterioro de la salud de la plantilla».

CGT informa también de que ha recurrido ante el Tribunal Supremo la sentencia absolutoria en la que el responsable médico de la empresa «se ha valido de su condición de médico de atención primaria en Osasunbidea para acceder indebidamente y sin amparo legal a los historiales médicos del personal». En un juicio en Iruñea quedó absuelto.