Maite SOROA | msoroa@gara.net
Siempre con la porra
La reunión del martes entre el ministro de Interior español, Jorge Fernández, y el consejero de Lakua Rodolfo Ares satisfizo a la derechona, al menos por parte de quien decide, que no es Ares.
Según titulaba «Abc», «Interior choca con el Gobierno vasco en la estrategia contra ETA», y tras informar sobre la reunión de los dos de la porra, señalaba en un ladillo: «Amenazas de Batasuna», refiriéndose a las declaraciones de miembros de la izquierda abertzale: «A las palabras de cautela del ministro respondió la `izquierda abertzale' con lo que sonó a amenaza velada: `quiere hacer posible la regresión a un estadio de conflicto armado'». El caso es que no son las únicas y los únicos que perciben ese deseo tanto en el ministro como en «Abc».
«La Razón» afirmaba en un punto editorial que «Los responsables de Interior de los Gobiernos central y vasco, Jorge Fernández y Rodolfo Ares, aseguraron ayer que en ETA hay algunos movimientos `que tienen por objetivo mantener una estructura larvada en la clandestinidad' y que su obligación `es seguir vigilantes'. Ante los terroristas, que ni han entregado las armas ni los explosivos, sólo cabe mantenerse alerta y mostrar unidad de acción». Qué envidia pasan algunos periodistas por no poder dirigir ellos la Policía, la Guardia Civil, el Ejército... aunque ya lo intentan.
El mismo diario, debajo de la información sobre la reunión de Fernández y Ares, informaba de que «Batasuna» homenajeará a Txillardegi, «fundador de ETA». Cierto, tanto que habrá homenaje como que fue fundador de ETA; pero también fue otras muchas cosas que no menciona -excepto su faceta de escritor- el periódico extremo, y por las que es merecedor del agradecimiento de gran parte de este país. Fíjense qué currículum de Txillardegi mostraba «La Razón», tras el que solo le faltaba decir que es intolerable que haya muerto fuera de prisión, pues «participó en varios movimientos nacionalistas juveniles, por lo que ingresó en prisión por primera vez», «fundó el grupo Ekin en 1958, que después se convirtió en ETA», «en 1967 abandonó ETA», pero no crean fue por el buen camino, porque «en 2007 abandonó Aralar, y en las elecciones generales de 2008 fue candidato al Senado por ANV, pero no fue elegido» y, lo más terrible, «en sus últimos años participó en manifestaciones de la izquierda abertzale». Y no asistió a la JMJ de Ratzinger y Rouco.