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Dos exalcaldes de Laudio niegan que los cargos del PP fuesen agredidos en el pleno

Tanto Pablo Gorostiaga, alcalde saliente en el pleno de 2003, como Jon Karla Menoyo, que accedió al cargo el día de autos, negaron que los representantes del PP fuesen agredidos. La declaración de Carlos Urquijo fue desmentida incluso por su propio escolta.

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Alberto PRADILLA | MADRID

Pablo Gorostiaga y Jon Karla Menoyo, los dos alcaldes de Laudio que estuvieron presentes en la constitución de la Corporación municipal de 2003, negaron ayer que los miembros del PP fuesen agredidos. Gorostiaga, que aquel día abandonaba su puesto tras ser vetado por la ilegalización de la izquierda abertzale, reivindicó el carácter «pacífico» de la protesta. Menoyo (PNV), que entonces tomó posesión del cargo, aseguró no haber visto «riesgo para la integridad física».

Tesis que contradicen la versión de los electos del PP, reiterada ayer por Carlos Urquijo -ahora delegado del Gobierno español en la CAV-, quien, al igual que sus compañeros el día anterior, fue incapaz de identificar a ninguno de los acusados. El juicio contra los 19 araiarras que se sigue en la Audiencia Nacional debía haber concluido ayer. No ocurrió así, y está previsto que se cierre el lunes.

«Queríamos denunciar que habíamos sido marginados de la política municipal, no pudimos participar en la elecciones ni luego podríamos, como lo habíamos hecho hasta la fecha», manifestó Gorostiaga, que se encuentra encarcelado a causa del sumario 18/98. El exalcalde, que entró esposado y custodiado por dos policías, recibió silenciosas muestras de afecto de sus vecinos tanto al llegar como cuando abandonó la sala. Posteriormente, algunos de los acusados tenían previsto poder visitarle durante cinco minutos en los calabozos del tribunal, pero no pudieron hacerlo ya que fue conducido de nuevo a prisión antes de terminar la sesión.

En la misma línea que Gorostiaga, Jon Karla Menoyo aseguró no haber visto ninguna agresión y defendió su determinación de no llamar a la Ertzaintza, tal y como habían exigido en reiteradas ocasiones los cargos del PP. «Es cierto que había tensión, pero adopté la mejor decisión», señaló el exalcalde jeltzale.

Urquijo y su escolta

Quienes no se pusieron de acuerdo fueron los cargos del PP y sus propios escoltas. Esto ocurrió en el caso de Carlos Urquijo y el ertzaina encargado de su seguridad. El actual delegado del Gobierno español, que testificó por videoconferencia, aseguró haber recibido un golpe en la cabeza por el que no fue atendido. Su escolta, por el contrario, negó que se hubieran dado puñetazos e, incluso, empujones. «Le lanzaron una bola de papel», puntualizó. Ante la duda del fiscal, especificó que se trataba de «papel normal» y que también recibió un único escupitajo.

Las versiones de los tres escoltas mostraron muchas divergencias entre sí y bastantes contradicciones entre sus respectivos relatos. No obstante, todos ellos coincidieron en no haber considerado «graves» aquellos hechos.

«Más que el tebeo»

La presidenta de la Sala, Ángela Murillo, soltó un «esto ya está más visto que el tebeo» cuando, al terminar la sesión, solicitó a la acusación que renunciase a algunos de sus testigos para no alargar más el juicio.

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